Un gobierno de asaltantes
La improvisación, la incultura y la podredumbre son las características esenciales de la neo burocracia impuesta por el régimen inepto, primitivo y corrupto que preside Pedro Castillo; el capo de la organización criminal, como indica el motivo de la investigación que le ha abierto el Fiscal de la Nación. Hoy Castillo se bate en retirada, pretendiendo tapar el sol con un dedo en sus diarios recorridos por todo el país –pagados por usted, amable lector– donde repite como loro “no soy corrupto”.
No se trata, desafortunadamente, de una cuestión cosmética. Hablamos de la quiebra de la estructura del Estado, sustituyendo a decenas de miles de honestos burócratas, con amplia experiencia en la administración de los diferentes estratos que componen el gobierno central –así como los gobiernos regionales y locales del país–, por gentuza atrabiliaria, neófita en el manejo de la cosa publica, aunque diestra en usar al Estado como ubre ilimitada para satisfacer las órdenes de sus patrones. Nos referimos a esa organización criminal para robarle su dinero, amable lector –cuya guarida es palacio de gobierno– dedicada a malversar, vía ministerios, empresas estatales y otros vericuetos manejados por el Ejecutivo, el gasto público, presupuestado a través de los impuestos que pagan los ciudadanos para que el Estado pueda solventar todos los servicios que demanda mantener, en aceptables condiciones, el nivel de vida de nuestra sociedad.
Sin embargo esos servicios que está obligado a proveer el Estado –comenzando por la Seguridad Ciudadanía, la Salud Pública, Educación, Justicia, etc.– hoy sencillamente no los proporciona; o si lo hace, son de ínfima calidad. La principal razón es la falta de idoneidad que transpira –desde hace una año– la alta y media burocracia impuesta por el atorrante régimen Castillo. La prueba más clara la tenemos en la inminente quiebra del sector agrícola tras anularse la compra de fertilizantes –fundamentalmente la urea– porque el ministerio de Agricultura ha sido capturado por el cerronismo. Es el caso de Agrorural, ente estatal culpable de una multiplicidad de irregularidades cometidas en el proceso de licitación de la urea. Semejante debacle afectará severamente la siembra de cultivos; y en consecuencia, generará desabastecimiento de alimentos en momentos en que el mundo entero atraviesa por una gravísima crisis alimentaria debido a que Rusia y Ucrania, naciones en guerra, producen conjuntamente alrededor de un tercio del grano que consume el planeta. ¿Quién es la víctima? El pueblo, al que diariamente pregona defender este mamarrachento mandatario apellidado Castillo.
Apostilla. El veleidoso César Acuña pretende que su partido, Alianza para el Progreso, presida el primer poder del Estado. Quiere asegurarse de que fracase la vacancia y/o la acusación constitucional que aguardan al impresentable Castillo. Es ese mismo Acuña que hace poco dijo: “Si los congresistas Chiabra y Echaíz estuviesen inscritos en mi partido, los habría expulsado, porque NO acataron el acuerdo adoptado para rechazar la moción de vacancia contra Pedro Castillo.” Sin embargo ayer declaraba a EXPRESO: ”No avalaremos a Castillo (…) Nunca conocí a Castillo”. Aunque él y su secuaz Salhuana aparecen sonrientes, retratados con Castillo al medio.
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