Un hombre accesible y humilde

Robert Francis Prevost fue elegido como el nuevo Papa de la Iglesia Católica, tomando el nombre de León XIV, sorprendiendo gratamente a los peruanos por su fuerte vinculación con nuestro país, donde desarrolló más de 40 años de trayectoria pastoral, especialmente en el norte. Este vínculo lo llevó incluso a solicitar la nacionalidad peruana, que obtuvo oficialmente el 24 de agosto de 2015, gracias a una resolución suprema emitida el 17 de agosto de ese año.
Este descubrimiento reciente para la inmensa mayoría de peruanos fue motivo de profunda satisfacción, especialmente en Chiclayo (mi tierra), donde se desempeñó como administrador apostólico de la diócesis por decisión del Papa Francisco en 2014. Había motivo, entonces, para celebrar su designación como nuevo líder de la Iglesia Católica. Más aún cuando, en su primer mensaje al mundo tras ser ungido Papa, recordó su larga estancia en el Perú. “Si me permiten también una palabra, un saludo a todos aquellos, de modo particular a mi querida diócesis de Chiclayo en el Perú, donde un pueblo fiel ha acompañado a su obispo, compartido su fe y ha dado tanto para seguir siendo iglesia fiel de Jesucristo”, dijo en perfecto español.
No podemos olvidar que el Sumo Pontífice comenzó su relación con el Perú en 1985, cuando se unió a los agustinos (de la Orden de San Agustín) para realizar su primera misión en Chulucanas, en Piura. Desde entonces, su trayectoria pastoral estuvo marcada por su enorme empatía con los sectores más humildes, como recuerda Sor Margarita Flores, quien compartió tres meses de trabajo pastoral con él cuando era obispo de Chiclayo. Ella relató que el nuevo pontífice salía a las zonas más alejadas para cumplir su labor social junto a la gente y trabajó muy de cerca con Cáritas, destacando su estilo de vida sencillo. “Como todo agustino, ermitaño, siempre su oración ha sido lo principal. Hacía su misa normal, no tenía nada especial por ser obispo. La gente podía verlo todos los días, en la mañana o la noche”, declaró la religiosa. Por su parte, el padre Gaspar, otro religioso que lo conoció de cerca, destacó su enorme empatía: “Siempre escuchó a todos sin excepción. Tuvo mucha dedicación para sus parroquias, quería mucho a su clero”, refirió.
En marzo de 2018, fue nombrado segundo vicepresidente de la Conferencia Episcopal Peruana, consolidando su influencia en el ámbito religioso nacional. En 2019, el Papa Francisco lo designó miembro de la Congregación para el Clero, y en 2020 pasó a formar parte de la Congregación para los Obispos. Además, asumió el cargo de administrador apostólico de la diócesis del Callao, una posición clave dentro de la Iglesia peruana.
El flamante Papa León XIV desarrolló muchas obras que lo acercaron con cariño al pueblo. “He venido como misionero hace casi 40 años, en Chulucanas 12 años, más de 11 en Trujillo y ahora, después de ocho en Chiclayo, pues doy gracias a Dios por tantas cosas que el pueblo peruano ha compartido conmigo, que hemos caminado unidos, hemos celebrado la fe. Me han enseñado muchísimas cosas y como pastor, solo puedo dar gracias a Dios por haberme permitido trabajar aquí por tantos años. Que Dios me ayude en esta nueva misión y pido la bendición de Dios sobre todos ustedes”, dijo al despedirse del Perú.
Cuando en enero de 2023 el Papa Francisco lo nombró prefecto del Dicasterio para los Obispos y presidente de la Comisión Pontificia para América Latina, Prevost dejó este mensaje: “A mis hermanos obispos, doy las gracias. Hemos caminado juntos durante más de ocho años. Me he sentido muy acogido. Un espíritu muy fraterno con todos. Y creo que una gran bendición para todos nosotros es precisamente la fraternidad entre los obispos, la unidad que compartimos y el testimonio desde aquí a toda la Iglesia en el Perú”.
Este es, en resumen, el perfil del Santo Padre: estadounidense de nacimiento, peruano de corazón. Cómo no sentirlo cerca si sabemos que “le gusta el cabrito norteño, el arroz con pato y el ají de gallina”, como lo atestigua la señora Castillo, quien le preparaba la comida en Chiclayo. Seguramente, ella saltó de alegría al enterarse de que Robert Francis Prevost es ahora el Papa León XIV. Ojalá sea él el puente que nos conduzca a la tan ansiada paz mundial.

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