ÚLTIMA HORA
PUBLICIDAD

Un recodo en el camino

Imagen
Fecha Publicación: 17/09/2025 - 21:40
Escucha esta nota

Hace 33 años, un lejano sábado 12 de septiembre de 1992 fue capturado Abimael Guzmán Reinoso (1934-2021), líder de la organización terrorista, marxista, leninista y maoísta Sendero Luminoso, hecho acontecido en el gobierno de Alberto Fujimori (1990-2000). Todos los peruanos celebramos alborozados la captura del mounstro. En ese escenario, los vencedores debían contar la historia y hundir en la miasma a todos esos terroristas que asolaron nuestra patria desde 1980 hasta esa fecha, reconociendo y premiando a quienes nos liberaron de convertirnos en una feroz dictadura comunista estilo Pol Pot, en Camboya...objetivo de Guzmán y su banda de fanáticos.
Sin embargo, lo que sobrevino fue muy diferente. Frente a aquella contundente victoria militar del Estado peruano sobre ese flagelo, se fue instaurando una perversa “narrativa” que finalmente logró calar en las mentes de muchos peruanos, sobre todo en los más jóvenes, esos que no lo vivieron. La perversa idea que lo que habíamos sufrido no había sido un ataque del peor terrorismo de Occidente que se recuerde, sino un denominado “conflicto armado interno”, un eufemismo de la izquierda y la progresía para equiparar a las sanguinarias huestes de Guzmán con el Estado y los militares, policías y ronderos que los combatieron y vencieron, fue lo que fatalmente ha quedado grabado en la memoria popular. Aquello se hizo con la ayuda de políticos vendidos, convincentes operadores mediáticos, poderosas ONG y una justicia venal y sesgada a medida, todos los que tomaron el control del país a partir de la caída del régimen de Alberto Fujimori en 2000.
Así, la lavada de cerebro se consolidó tergiversando la historia con una apresurada y falaz Comisión de la Verdad y Reconciliación (que no encontró ni verdad y menos reconciliación), perdonando a muchos terroristas (mandos medios) y persiguiendo con singular saña y ad-infinitum a militares y policías de toda graduación, con la inocultable complicidad de una justicia nacional y supranacional absolutamente politizada. Los execrables excesos y delitos de malos elementos de las FFAA y policías los convirtieron en “políticas de Estado”, lo que dio pie a acusar y perseguir a las autoridades de los gobiernos que combatieron al terrorismo.
Hoy, uno le pregunta a cualquier joven y seguro les dirá que Guzmán (si es que lo reconocen) fue tan malo como Fujimori o Alan García o de pronto estos fueron peores...también hay viejos estúpidos que rebuznan igual, pero ese ya es otro tema. No hay motivo, por tanto, de extrañarnos que pocos medios hayan recordado esta fecha como se debe; es pues, la consecuencia de años de una feroz propaganda de la izquierda para minimizar lo que fue un triunfo militar que permitió al Perú acabar con el terrorismo de ultraizquierda, mas no con sus ideas. El mismo Guzmán al momento de ser detenido se llevó el dedo índice a la sien diciendo que si bien lo habían capturado, lo que llevaba adentro seguía incólume, siendo su captura tan solo...”un recodo en el camino”.

Mira más contenidos en Facebook, X, Instagram, LinkedIn, YouTube, TikTok y en nuestros canales de difusión de WhatsApp y de Telegram para recibir las noticias del momento.