Una ley para prohibir venta de bebidas energéticas a menores de edad
Tal como se hizo con los cigarros, el Congreso debería aprobar con urgencia una ley que prohíba la venta de bebidas energéticas a menores de edad. Sobre todo porque su consumo inadecuado o en exceso podría enfermarlos, especialmente su cerebro y corazón, tal como lo advierte el Ministerio de Salud.
Si bien estamos en un libre mercado, es importante tener en cuenta que los menores de edad no están en capacidad de discernir de manera adecuada ni tienen suficiente información ni conocimiento sobre los efectos negativos de un inadecuado consumo.
Médicos mexicanos alertaron que estas bebidas pueden provocar muerte súbita si son consumidas antes de practicar algún deporte como el ciclismo. A esta conclusión llegaron al analizar el fallecimiento de un menor de 14 años que murió de hemorragia cerebral tras tomar dos frascos de bebida energizante antes de competir. El caso clínico es difundido por la Secretaría de Salud de Quintana Roo (México).
Por su parte, la Universidad de Miami pidió regular la venta de estas bebidas energéticas luego de analizar más de 2 mil casos de adolescentes intoxicados por el consumo de estos productos con altas dosis de cafeína, entre 2005 y 2009.
El Ministerio de Salud del Perú señaló recientemente que tienen alta concentración de cafeína (equivalente a unas 3 o 4 tazas de café), además de sustancias como taurina y azúcar (hasta 12 cucharadas por porción), lo que estimula el sistema nervioso central y cardiovascular. Esto provoca contracciones cardíacas, arritmias, aumento de presión arterial, dificultades cardiovasculares, convulsiones e incluso accidentes cerebrovasculares o muerte en casos extremos.
A ello hay que sumarle otros efectos negativos como obesidad, diabetes, anemia, osteoporosis. Todo esto se agrava si se combina con fármacos o alcohol. También pueden provocar adicciones, fallos en la memoria y en la atención, irritabilidad y dificultad en la regulación de conductas y emociones, según advierten psicólogos de la organización española Orbium.
Cabe anotar que un adolescente sano no debe consumir más de 100 miligramos de cafeína al día (una taza). Sin embargo, hay bebidas energéticas que superan ese límite.
¿Qué pasa si un niño o adolescente se toma 2 o más latas de una bebida energética porque algún amigo lo desafió o porque quiere activarse después de haber trasnochado viendo videojuegos? ¿Qué pasa si muere? ¿Quiénes serán los responsables? ¿Los padres, el niño, la empresa fabricante, el vendedor o los congresistas?
Por eso, es necesario que haya una ley que establezca claramente las responsabilidades y se exija a los fabricantes poner advertencias muy claras en sus envases y publicidad sobre los riesgos de tomar en exceso estas bebidas. Urge prohibir que los menores de edad puedan comprarlas. Eso es prioritario.
¿Saben cuánto dinero facturan las empresas que venden bebidas energéticas? Más de US$64 mil millones en el año 2024 y se estima que este mercado crecerá a un ritmo de 5,5 % entre 2025 y 2034, para alcanzar un valor de US$104,88 mil millones, según la empresa de investigación de mercados EMR.
En Perú, 3 de cada 10 habitantes serían consumidores regulares que las usan para evitar dormirse y continuar estudiando o trabajando, o para activarse tras una mala noche, sin saber que esto podría afectar su salud.
Señores congresistas, a ustedes les corresponde dar una urgente ley, y a los padres y madres nos corresponde cuidar y explicar a nuestros hijos los riesgos de consumir estos productos.
¡Despierta, Perú! ¡Bendiciones!
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