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Una luz al final del túnel

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Fecha Publicación: 21/12/2024 - 20:30
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La presidencia está pegada con babas. Según la encuesta de Datum publicada el 15 de diciembre, la aprobación de la presidenta Dina Boluarte se encuentra en un 3 % a nivel nacional.
El gobierno, que como todo gobierno nació con legitimidad de origen, fue perdiendo en el camino legitimidad de ejercicio, y hoy, con un claro “divortium aquarum” entre el Ejecutivo y la población, expresado en la desconfianza por parte de la ciudadanía en la capacidad del Ejecutivo de gobernar efectivamente, el gobierno ha perdido absolutamente legitimidad de poder.
Y en medio de esta evidente crisis institucional, el ministro de Economía anunció, en conferencia de Consejo de Ministros, que para el 2025 proyecta, inicialmente, un crecimiento de la inversión de 4,1 %.
Durante la conferencia también informó que se ha acumulado alrededor de US$83 mil millones en nuestras reservas internacionales, y que el Perú ha roto todos los récords en lo que es inversión pública. A pesar de la crisis política, entonces, tenemos buenas noticias en la economía. Una luz al final del túnel.
Sin embargo, la economía y la política no van por cuerdas separadas. Las autoridades, en general, deben entender la enorme gravitación en la vida económica de la nación que tienen sus decisiones políticas. El status quo de estabilidad es la senda por la que se debe continuar. La estabilidad política tiene correlato en la estabilidad económica.
La incertidumbre política afecta la confianza de los inversionistas y la estabilidad económica. A los inversores no les gusta la incertidumbre porque incrementa el riesgo. Por eso, cuando hay estabilidad política y el marco legal es propenso a la actividad empresarial, la inversión sube, la productividad sube y la economía crece.
Según las últimas cifras del INEI, a nivel nacional todavía falta por recuperar más de dos millones de puestos de trabajo adecuadamente productivos para regresar al nivel de 2019, más de dos millones. El empleo no se crea por decreto, se crea de manera natural cuando las personas invierten contratando más personas para poder producir.
La inversión privada se hace cuando se tiene confianza y se tiene claridad en el futuro inmediato y mediato del país. Hoy no se tiene esa claridad. Los ciudadanos estamos expectantes para ver qué es lo que vendrá, ni siquiera el próximo año, sino en los próximos días, pues la inestabilidad política en nuestro país es muy alta.
La inversión en obras públicas a nivel de gobiernos regionales y gobiernos municipales para crear puestos de trabajo es importante. Puede crear hasta un millón de puestos de trabajo. Pero el puesto de trabajo que necesitan los peruanos es un puesto de trabajo estable, permanente, no transitorio. Se puede contratar a alguien para hacer una pista en un distrito, y terminará en tres meses hacer la pista, y con ella el empleo.
Se necesita entonces inversión privada para poder planificar un futuro estable. Casi 8 de 10 trabajadores se encuentran en la informalidad. Y la única manera de aumentar el empleo es con mayor inversión privada. ¿Y por qué inversión privada? Porque de cada S/. 10 soles que se invierten en el Perú, S/. 8 soles son privados y S/. 2 son públicos. Necesitamos estabilidad; con ella vendrá la inversión, con ella el crecimiento, y así se podrá mejorar la calidad de vida de millones de peruanos.

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