Una mentira más, sí importa
Escuchar a Castillo me causa repulsión y lo digo sin ningún pudor. Usa todos los mecanismos del Estado para insultar a la prensa, los empresarios y a los peruanos de bien que marcharon por la democracia. Su discurso es nefasto, propagador de odio por excelencia, dividiéndonos sobre la base de la equívoca idea de que la gente andina y los pueblos originarios tienen más derechos que otros. ¡Falso! Ni el color de su piel ni sus orígenes humildes les da más legitimidad, lo lamento. Tergiversar la historia, satanizar 200 años de vida republicana y reivindicar falsos valores solo genera mayores brechas y confirma lo que muchos temen: que el Perú podría ser un país inviable.
No podemos acostumbrarnos al maltrato a la minería. La industria que mayor riqueza genera para el país no tiene nada de que disculparse. Inaceptable que las autoridades sigan permitiendo actos de violencia contra proyectos mineros. El bloqueo de carreteras en Chumbivilcas impide las actividades logísticas de Las Bambas, tanto el transporte de concentrados como el abastecimiento de la mina, por lo que se han visto obligados a reducir operaciones. Hace un año la expremier Mirtha Vásquez, en un acto enajenado del que luego se retractaría, comunicó la creación de una comisión ejecutiva para el retiro y cierre de cuatro unidades mineras entre las que se contaba la mina Inmaculada. En octubre último, un grupo de la Comunidad Casma Palla Palla la invadieron, incendiando instalaciones y arrinconando a 1,700 trabajadores. Y la violencia siguió. Hace pocos días lo hicieron miembros del centro poblado de Huancute, que falsamente reclaman la propiedad de los terrenos donde se realiza la operación minera, cuando existe amplia evidencia de que estos pertenecen al Estado (SBN) y a la comunidad de Huallhua con la que tienen suscritos contratos de servidumbre.
¿Dónde está el principio de autoridad? ¿Dónde está la fuerza pública para proteger la propiedad privada? Los comuneros no tienen corona. Sus actos de violencia los han convertido en simples delincuentes y merecen ser castigados. La pobreza no puede convalidar la ruptura de la legalidad ni el extremismo irracional de sus dirigentes.
El olvido y la ausencia del Estado son algunas de las causas de los conflictos sociales pero la principal es la codicia de unos tinterillos de tres por medio como el abogado Guillermo Castañeda Quiroz, quien los azuza y los llena de falsas expectativas. Igual que los hermanos Chávez Sotelo en Las Bambas. El daño que le hacen al país es incalculable. No solo por el lado social, sino por el económico. Hay una constante corrección al PBI debido a la menor producción generada por las paralizaciones, así como también un fuerte impacto a la recaudación fiscal del sector minero, que retrocedió 33.6% en septiembre último. Todos perdemos, pero de Castillo no se escucha una sola palabra. Guarda un silencio cómplice y vergonzante.
Antes de la primera vuelta presidencial, DATUM realizó una encuesta urbano/rural en la cual el 76% de los consultados consideraba que el nuevo gobierno debería apoyar a la minería en vista que el cobre estaba subiendo.
Desafortunadamente, se desaprovecharon los picos de precio, sin embargo, en los últimos meses éste se ha mantenido relativamente estable. Una caída mayor a la esperada en la inflación de los EE.UU. ha generado la esperanza de que la Fed no seguirá subiendo tasas con la agresividad esperada, determinando que el cobre se fortalezca ante la caída del dólar.
Si hoy estuvieran operando Conga, Tía María y se hubiera colocado parte de la cartera de US$60,000M de proyectos mineros de Proinversión, nuestro país seguiría brillando. Ese es el objetivo, no debemos descansar hasta lograrlo.
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