Una mirada a la Lima prehispánica: su historia, problemática y retos
Lima es mucho más que la ciudad virreinal de los balcones y casonas solariegas, porque se asienta en un territorio con más de cinco mil años de historia.
La capital peruana se yergue sobre restos arqueológicos de las culturas prehispánicas que se desarrollaron en los valles de Chillón, Rímac y Lurín. Sin embargo y a pesar de que los nuevos hallazgos ocupan primeras planas noticiosas, cientos de monumentos arqueológicos han sido destruidos en las últimas décadas debido a la expansión urbana, el desconocimiento de las autoridades del Estado y municipios y hasta las restauraciones forzadas con fines turísticos.
Lima no sólo es la ciudad de los balcones, conventos y casonas solariegas. Es también el fruto de más de 5 mil años de ocupación humana a lo largo de su territorio. Se han registrado en Lima vestigios del período formativo (8 a 10 mil años a. de C.) como por ejemplo el taller lítico de Chivateros en el valle del río Chillón, considerado uno de los “hombres peruanos” más antiguos y el primer que fabricó artefactos de piedra para cazar. En esos casos, lo cierto es que en todos los actuales distritos de Lima hay restos arqueológicos como huacas, tambos, palacios, caminos, canales de regadío y restos de ciudades.
Como muestra de esto, es frecuente que se produzcan nuevos descubrimientos. Hace poco la Municipalidad Distrital de Chorrillos presentó la exposición “Yaku, el pescador de Armatambo” en la Sala de Exposiciones José Silverio Olaya Balandra. Esta muestra consistió en la exhibición de los hallazgos arqueológicos realizados tras el descubrimiento del entierro de “Yaku”, en febrero del año 2020 en el A. H. San Genaro de Chorrillos.
Estos casos -de entre muchos- nos lleva a la pregunta: ¿cómo era la Lima prehispánica? Los estudios arqueológicos sobre Lima prehispánica son numerosos, desde los aportes de Max Uhle y Julio C. Tello hasta nuestros días. Incluso historiadores renombrados como Raúl Porras Barrenechea -catalogado como “hispanista”- insistieron en proclamar “la raíz india de Lima”.
Según la historiadora María Rostworowski de Diez Canseco (1978), en un estudio titulado “Los señoríos y cacicazgos Limeños” (https://tinyurl.com/yc8nrzdn), explica que la organización política existía en la Comarca de Lima y zonas aledañas durante tiempos pre-Incas.
Sin embargo, la mayoría de los vestigios de Lima prehispánica están en situación crítica. Según datos publicados en el diario El Peruano, citados por el blog “El reportero de la historia”: “En Lima Metropolitana existen alrededor de quinientas huacas, la mayoría en abandono, sin declaratoria ‘oficial’ de patrimonio de la Nación y a merced de los invasores y traficantes de terrenos, a la espera de su rescate y puesta en valor, mientras que otros sitios arqueológicos limeños como Pachacámac, Puruchuco, Cajamarquilla o Huaycán de Pariachis merecen una mayor atención”.
(https://tinyurl.com/y2e7j95n)
En Lima hay decenas de huacas abandonadas y algunas que sí están debidamente conservadas. Las excepciones son notables como Huaca Pucllana (Miraflores), Puruchuco (Ate), Huallamarca (San Isidro), Santa Catalina (La Victoria), o el complejo arqueológico Mateo Salado, situado entre el Cercado de Lima, Pueblo Libre y Breña, donde se realizan importantes estudios.
Esto es realmente un contrasentido. Tanta riqueza arqueológica no debe ser abandonada y requiere ser puesta en valor porque es parte del patrimonio cultural de la nación y de nuestra identidad y memoria histórica.
(*) Escritor, sociólogo y analista político. Consultor Internacional en Derechos Humanos para VIACTEC.
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