Unidad para defender la democracia
"Puedes engañar a todo el mundo algún tiempo. Puedes engañar a algunos todo el tiempo. Pero no puedes engañar a todo el mundo todo el tiempo". (Abraham Lincoln). Esta frase universal e inconmovible del estadista norteamericano vilmente asesinado es aplicable, en toda su dimensión, al manejo de la narrativa por parte de la izquierda marxista leninista y de quienes, como es el caso de Vladímir Putin, provienen de esa corrupta y distorsionada cantera que tanto daño le ha hecho y le sigue haciendo a la humanidad.
La Declaración de Lima, emitida como conclusión del Foro Madrid realizado hace algunos días en nuestra capital, es una respuesta contundente a las patrañas de los comunistas y caviares de todos los pelajes cuya ética invertida les permite mentir descaradamente y prescindir de un indispensable basamento moral en la apología de sus siempre oscuros intereses políticos, so pretexto de que son simétricos con la defensa del proletariado o de los más pobres y oprimidos.
Al desnudar la conjura del Foro de Sao Paulo y el Grupo de Puebla contra la democracia peruana, el Foro Madrid pone claramente en evidencia los vasos comunicantes mediante los cuales los marxistas leninistas urden sus campañas, en el contexto de ese “miente, miente que algo queda” nazi, que los ha llevado, por ejemplo, a prescindir en su defensa de Pedro Castillo de la clamorosa corrupción que caracterizó a sus 17 meses de desgobierno falsario.
Sabemos bien que los paraísos comunistas no existen. Muy por el contrario, como lo demuestran infinidad de experiencias en diferentes países, los regímenes comunistas o filocomunistas sólo traen dolor, frustración, pobreza, persecución y muerte mientras los jerarcas se enriquecen y abusan con el dinero del pueblo al que afirman proteger.
Sin embargo, esa idea falsa de un futuro superior es precisamente la que venden los gonfaloneros rojos, aprovechando las garantías que les dan nuestras democracias para precisamente destruirlas y el caldo de cultivo creado por las contradicciones y grietas desarrolladas por políticos corruptos e ineptos en el manejo social del Estado.
La unidad en la defensa del sistema democrático debe basarse no sólo en la clara convicción de que, como señala Churchill, ”es el peor sistema de gobierno diseñado por el hombre, con excepción de todos los demás”, sino en un descarnado sentido crítico de sus deficiencias, en la lucha decidida y efectiva contra la corrupción y en el pago de la Deuda Social que masivamente tiene el Estado con todos los peruanos para, de esta manera, consolidar una conciencia colectiva que rechace toda tentación totalitaria.
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