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Urge consenso y unidad

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Fecha Publicación: 08/12/2024 - 22:20
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Necesitamos urgentemente una unidad política. Debemos construirla sobre la base de nuestras diferencias ideológicas y protagonismos parlamentarios. Estas diferencias no desaparecen con la unidad, pero sí se subordinan a los puntos que la motivan: democracia, constitucionalidad y respeto irrestricto al Estado de Derecho. La unidad, por tanto, opera exclusivamente en relación con esos puntos comunes y nada más.
Toda unidad política implica una alianza, y toda alianza se forja a través de un pacto. Un pacto entre dos o más organizaciones políticas de verdadera oposición —no de un cogobierno cantinflesco— debe pensarse en función de los intereses supremos del país y del cumplimiento de un objetivo común: la gobernabilidad hasta 2026, nos guste o no.
En política, como en la guerra, pueden existir pactos entre fuerzas enemigas. Los pactos dentro de una alianza, en cambio, están determinados por un objetivo común: salvar al Perú. Este objetivo común, en política, supone la existencia de un enemigo compartido (el comunismo). Con la derrota de este enemigo, los pactos terminan y las alianzas deben renovarse en función de nuevos objetivos o, simplemente, disolverse. En política no hay matrimonios por amor, sino por conveniencia. ¿Y qué mejor conveniencia que salvar al Perú?
Las alianzas políticas no son únicamente el resultado de directivas colegiadas. Si lo fueran, serían meras estructuras burocráticas. Por ello, las funciones de dirección colectiva recaen, en ocasiones, en los llamados líderes, quienes por su prestigio, carisma o historial tienen la capacidad de convocar a la unidad sin previa consulta ni deliberación.
Los verdaderos líderes son líderes unitarios, aquellos capaces de superar desacuerdos y encontrar denominadores comunes como la patria y el Perú. Hacer política significa dominar el arte de sumar. Quienes aspiran al liderazgo pero solo conocen el arte de restar, jamás serán líderes.
Hablar de unidad sin practicarla es inútil. La oposición debe ser un compromiso auténtico con los electores y no una fachada.
Boluarte y la oportunidad de enmienda
Una oportunidad para que la presidenta Dina Boluarte rectifique su rumbo sería nombrar un presidente del Consejo de Ministros independiente y ministros idóneos, alejados del servilismo y el oportunismo. Sin embargo, Boluarte parece carecer de la capacidad para rodearse de personas íntegras.
En conclusión, necesitamos cohesión y claridad en las bancadas opositoras con un propósito común: salvar al Perú del comunismo y mantener el gobierno de Boluarte hasta 2026. Para ello, requerimos ministros responsables y no simples subordinados de una presidenta que llegó al poder por casualidad y cuyo líder partidario está prófugo, mientras su hermano está implicado en escándalos.
Después del 28 de julio, si realmente existe justicia en el Perú, Boluarte deberá rendir cuentas ante los tribunales. Dejemos algo en claro: no defiendo a Boluarte; defiendo la patria. Nuestro país no puede sumirse en otra vacancia presidencial justo cuando una legislatura está por concluir.
La verdadera oposición debe ser más que una retórica vacía. Es un deber moral con los electores, no una función circense de poca monta.

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