Urge desintoxicar el Estado
En los momentos difíciles se conoce a la gente. Hoy nuestro país atraviesa graves dilemas. Durante un cuarto de siglo sobrevivimos una sanguinaria, cruel guerra interna desatada por el principal enemigo que ha tenido la patria: el terrorismo. Una guerra desigual, donde cundía la emboscada mortífera, el ataque a inocentes y la destrucción de la propiedad de ricos y pobres. El Estado peruano -como ocurre en toda sociedad- cuenta con una defensa constitucional -las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional- para resguardar la vida y patrimonio de sus ciudadanos. Sin embargo, el terrorismo -conocemos su estrategia- actúa de manera asolapada, traicionera, atacando sin uniforme identificatorio, con armas convencionales o no; y decidido a matar/herir a gente inocente con un exclusivo propósito: generar pánico -terror, de allí su denominación- entre la población civil. Y, consecuentemente, entre el gobierno y las diferentes autoridades elegidas y/o las designadas por estas últimas. Tres décadas después de derrotar militarmente al sendero luminoso y al mrta, el Perú vuelve a encontrarse muy próximo a una segunda guerra civil, desatada por aquel enemigo que se suponía militarmente muerto. ¡Aunque políticamente redivivo, gracias a los garciasayanes, eguigurenes, lerners y tantos gusanos de la mafia caviar que, vía la CVR, revivieron militarmente a su socio político, sendero! Y ahora lo lanzan al ataque del país en connivencia con Pedro Castillo y su pandilla de asesinos, socios de sendero luminoso a través del movadef, su brazo político.
Una de esas personas es Eliana Revollar, sin méritos conocidos para ejercer la Defensoría del Pueblo. El abogado y político Enrique Ghersi denunció en EXPRESO a esta interfecta “por conducir la Defensoría del Pueblo de manera irregular, por presunto uso de armas de fuego contra los manifestantes en Ayacucho”, conducta que favorece a los terroristas. Según Ghersi: “La defensora del Pueblo está actuando como una quinta columna por parte de la subversión (…) es una defensora interina, que se encuentra ejerciendo el cargo en función de una acción de amparo absolutamente irregular, que fue obtenida de manera sospechosa a través de una demanda del sindicato de trabajadores de la Defensoría (…) El Congreso debería designar de inmediato un defensor del Pueblo titular, que ejerza la función regularmente. Para mí, esta señora está ejerciendo la función de manera irregular. En segundo lugar, ignora completamente el significado de un estado de emergencia. No puede denunciar a las Fuerzas Armadas porque lo que está pretendiendo con eso es bloquear la acción de las Fuerzas Armadas. Es decir, se está poniendo a favor de subversivos que atentan con el orden público en todo el país.”
El ejemplo de la Defensoría se repite en todo el Estado. En año y medio de desgobierno, Pedro Castillo y su organización criminal se dedicaron exclusivamente a infiltrar extremistas en el Estado, para consolidar a su proyecto transformador del Perú en otra colonia del comunismo sudaca. Prefectos, niños congresistas, altas autoridades del Estado, manipulación de ascensos en todas las reparticiones públicas donde exista ese mecanismo, etc. ¡Urge desintoxicar inmediatamente el Estado, presidenta Dina Boluarte!
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