Urge una mirada más profunda
El Ministerio de Economía y Finanzas ha presentado el Marco MacroEconómico Multianual, y parece haber reconocido la dura realidad en la que nos encontramos. En este periodo proyectado de 2024 a 2027, se anticipa un modesto crecimiento anual del 3%, que, lamentablemente, resulta insuficiente para satisfacer las necesidades de nuestro país en términos de infraestructura, salud, educación y la lucha contra la pobreza. La respuesta a esta situación no puede ser otra que la implementación de profundas reformas estructurales, transformaciones de largo plazo que impulsen la capacidad productiva de nuestra nación.
El Ministro de Economía y Finanzas, Alex Contreras, ha reconocido una desaceleración estructural en el crecimiento de nuestro país en los últimos años. Contreras ha destacado que, en el transcurso de los últimos 12 meses, la capacidad de crecimiento se ha visto mermada considerablemente. Ahora, nuestro desafío radica en revertir esta tendencia decreciente en el PBI potencial.
Los indicadores de desaceleración económica en el primer semestre son alarmantes y plantean un riesgo significativo para el bienestar de la población en el año 2023. El bajo crecimiento y la alta inflación han conducido a una disminución en la tasa de crecimiento del empleo formal privado, la cual ha caído del 7.8% en junio de 2022 al 4,6% en junio del presente año. En el mismo sentido, la inversión privada se ha estancado, y las importaciones de bienes de capital y materiales para la construcción han experimentado una caída durante todo el primer semestre del año. Además, el consumo privado apenas ha crecido un 0.2% y un 0.4% en los dos primeros trimestres del año, respectivamente.
El Ministro destaca la necesidad de impulsar la inversión privada, fortalecer el capital nacional y mejorar la productividad. Pero además ha advertido que los conflictos sociales (prevenibles con el diálogo) y los fenómenos climáticos (atenuables con la prevención) han restado dos puntos porcentuales al crecimiento económico.
Lo que necesitamos de manera urgente es una recuperación drástica de la demanda interna y un fuerte impulso en inversiones que reactiven diversos sectores de la economía, generen empleo formal y, por ende, aumenten los ingresos familiares y el consumo privado. Obviamente esto no pasa por la maquinita, sino por el trabajo duro que los peruanos estamos acostumbrados ha hacer. Este proceso, sin duda, contribuirá a un cambio positivo en las expectativas tanto de las empresas como de los consumidores.
La realidad actual, nos guste o no, nos exige acción. La única manera de superar esta recesión, ya sea técnica o no, es seguir trabajando arduamente.
Mantenernos alerta es esencial, especialmente ante la inminente amenaza del fenómeno de El Niño, del cual se ha hablado poco a pesar de su anuncio. Esperamos que estemos preparados para afrontar esta situación y que todas las obras estén listas para mitigar su impacto.
La situación es crítica, pero con la determinación adecuada y medidas estratégicas, podemos comenzar a trazar un camino hacia la recuperación económica que tanto necesitamos. La inacción no es una opción y menos aún cuando tenemos en claro que El Niño siempre llega puntual a sus citas, y sus visitas son tristemente recordadas.
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