ÚLTIMA HORA
PUBLICIDAD

¡Urgente: hay que reformar el Estado!

Imagen
Fecha Publicación: 05/11/2021 - 23:00
Escucha esta nota

El gobierno ha pedido facultades extraordinarias para aprobar un paquetazo tributario trajeado de reforma. El Congreso debe rechazarlo y obligar a la comisión de Economía a diseñar un proyecto sustitutorio, sin el dogmatismo marxista contenido en el enviado por el Ejecutivo. ¡Sólo el Congreso puede y debe crear, modificar y/o derogar tributos! Ya basta de contemplaciones, cediendo una potestad constitucionalmente asignada al Legislativo, sólo porque así los congresistas evitan trabajar delegando sus deberes. Para empezar, la necesidad de recursos del Estado no debe cuantificarse en función de las expectativas del Ejecutivo, sino de acuerdo a las necesidades del país.

Y el Perú, amable lector, hace ya muchas décadas que presupuesta montos significativamente mayores a los que el Estado es capaz de invertir/gastar. En ciertos casos, esto supera el 50% de lo que finalmente ejecutan cada año los distintos ministerios. ¡Esto señores, no debe seguir! Porque el contribuyente no es un árbol dónde crecen billetes, sino una planta que cada día se seca más en el país. ¿Razón? Los gobiernos ni la riegan ni la abonan para hacerla crecer, fortalecerse y finalmente cosechar los frutos que necesita la sociedad para gozar de una buena calidad de vida.

En consecuencia hay que volver a colocar la carreta delante de los bueyes. No detrás, como sucede, reiteramos, hace ya décadas. Primero midamos la capacidad de cada sector en cuanto a ejecutar al 100% sus presupuestos según las metas aprobadas por el Congreso. ¡Evidentemente, esto implica reformar el Estado! Tarea muchísimo más trascendente y productiva –para el ciudadano– que una lírica reforma constitucional, que acabaría sin implementarse por el mismo motivo por el que hoy los presupuestos se incumplen: ¡El Estado peruano es incapaz de hacerlo! La razón es simple.

La clase política ha degenerado tanto –salvo contadísimas excepciones– que hoy sólo los peores ciudadanos deciden participar sirviendo al Estado. La reciente elección lo reconfirma. Tenemos un presidente que carece absolutamente de todas las atribuciones –incluso las mínimas– para ejercer esta función.

A este –salvo casos numerados– le siguen los congresistas, ministros y el resto de la burocracia. Con tamaña populachería, amable lector, nunca habrá presupuesto suficiente. ¡Ni cobrando 80% de tasa impositiva! El país se volverá inviable e, inevitablemente, acabaremos en una fratricida guerra civil.

¡Entonces, señores parlamentarios, la pelota está en su cancha! Revisen primero las ejecuciones presupuestales de la última década y saquen sus conclusiones. Partan de la cifra realmente gastada por ministerio para elaborar un presupuesto.

Y algo mucho más importante: creen una comisión nacional que esta vez proponga al Congreso una auténtica “reforma del Estado”, dirigida a que no sólo funcione como cajero sino como una verdadera entidad pensante que proyecte el tipo de nación que necesitamos para administrar las expectativas y necesidades de 32 millones de peruanos, diseñando el modelo de Estado necesario para ejecutarlo, y cómo atraer a la mejor gente para que lo administre. Sólo así el Perú podrá reencaminarse hacia una ruta de esperanza. Caso contrario, terminaremos peor que Venezuela, Bolivia, Cuba, Nicaragua.

Medítelo, amable lector.

Mira más contenidos siguiéndonos en FacebookTwitter Instagram, y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.