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¡Vacancia o renuncia, sin demoras!

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Fecha Publicación: 04/11/2020 - 22:00
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Si la Fiscalía acusase a su apoderado de haber formado parte de una banda criminal para robarle a su anterior patrono mientras medraba de contratos con los proveedores de servicios; si la Fiscalía contase con declaraciones de colaboradores eficaces que, conscientes de su complicidad con los mismos delitos, se autoimputaron aportando evidencias ante algún fiscal para reducir la pena de sus crímenes; si usted asimismo se enteró por audios que los hiciera públicos quien fungiese de secretaria personal de su apoderado, donde se le escucha trapicheando con él, con su asesor y con quien fuera la secretaria general de la compañía, para esconderle a usted pruebas de que contrató a sujetos inservibles para la organización, engañándolo de manera miserable y contumaz cambiándole de registros y eliminando pruebas; si además usted se había venido enterando de que su apoderado es un directivo incapaz, causante de que su empresa se encuentre en una crisis terminal y que no hay otra manera de solventarla que evitando que siga administrándola; y por último, si a este cleptómano, mendaz e incompetente apoderado suyo, le pusiéramos nombre y resultaría ser Martín Vizcarra, ¿sería usted capaz de permitir que siga administrando sus bienes porque “sólo faltan ocho meses para que concluya su trabajo”? ¿Creería acaso que es mejor que siga fulminando su organización, a despecho de saber que su administrador le devolverá el negocio quebrado, con los trabajadores indignados contra usted -como el dueño de la organización que los ha dejado sin empleo-, con los bancos tocándole las puertas para cobrarle las deudas que ha acumulado la gestión de su apoderado; y, encima de todo, sabiendo que éste hará desaparecer las pruebas de sus trapacerías, usando el dinero suyo para comprar favores a las autoridades, de modo que al momento de cesar como apoderado suyo, quedará judicialmente impune y económicamente boyante?

Este parangón entre el funcionario de mayor jerarquía de un supuesto emprendimiento suyo, amable lector, y el presidente de la República, principal funcionario del Estado -propiedad de los 32 millones de compatriotas-, es en lo que debería estar cavilando la sociedad. Vizcarra seguirá mintiéndonos y manipulado al Estado para salir lo menos golpeado de las gravísimas acusaciones que penden sobre él. Además, como gallina que como huevo… aunque le quemen el pico, caerá en la tentación de echar mano de lo que necesite para lograrlo. El hecho es que a un mandatario acusado de corrupción, probadamente embustero y falseador de evidencias para obstruir la justicia, resultaría ver-gon-zan-te que se le deje gobernar ocho meses más, “porque vacarlo generaría más problemas”. Hombre, entonces ¿para qué contempla la Constitución la vacancia por incapacidad moral? Aparte, según la prensa internacional Vizcarra es el presidente que peor ha gestionado –y sigue haciéndolo- la pandemia; ha destruido la Economía, y no tiene idea de cómo gobernar los meses que le quedan por delante. Por último, hoy gobierna la Administración Pública. Los ministros están de más. Son una partida de cómplices ineptos. Basta una figura presidencial transitoria para concluir estos ocho meses. ¡Vacancia o renuncia!