¡Vacancia y/o acusación constitucional!
Suenan las alarmas en los mercados internacionales de capitales debido al alto nivel de la crisis que carcome a la economía peruana, víctima de un gobierno sin rumbo y enfocado, exclusivamente, a convertirnos en la versión andina de Cuba y Venezuela. En pleno desarreglo mundial tras dos años de caos comercial y financiero derivado de la covid, la deuda externa del Perú aparece catalogada como una de las más peligrosas del orbe, después de haber gozado de las mejores calificaciones internacionales a lo largo de década y media. Según la prestigiosa organización Bloomberg, el motivo en esta oportunidad es la “inestabilidad generalizada” –económica, social, política, etc.- que ha generalizado el régimen (comunista/senderista) presidido por Pedro Castillo.
Para digerirlo bien, de acuerdo a JPMorgan Chase & Co sólo desde la semana pasada la cotización de los bonos -con fecha de vencimiento 2031- emitidos por el gobierno peruano han caído hasta 5.5%; asimismo muchos otros papeles lanzados como bonos soberanos por el Perú. “Existe la sensación de que el Perú está convirtiéndose en un país ingobernable”, sentencia Bloomberg. Con mayor razón, ante la evidencia que la tasa de interés a nivel mundial seguirá al alza, afectando peligrosamente la capacidad de pago tanto de los intereses que generen los bonos soberanos emitidos por el Perú, como de repago de su deuda externa –e interna- a bancos, organismos multilaterales, etc. “Mi preocupación no es un giro (político) a la izquierda (en Perú); es simplemente el colapso absoluto en su formulación de ‘políticas’.
En esta coyuntura sobre ingresos globales fijos, es muy difícil verle algún valor al Perú”, dijo recientemente a Bloomberg Álvaro Vivanco, jefe de estrategia de mercados emergentes de NatWestern Markets. Y Bloomberg agrega, “La performance de los bonos en dólares emitidos por el Perú ha sido la segunda peor del mundo en abril; solo superada por Sri Lanka, que ya anunció planes para suspender el pago de su deuda externa. Los bonos a 100 años del país andino (Perú) están al borde del récord inferior de 68 centavos (por Dólar)”.
Esto deja la sensación de encontrarnos ya ad portas de los espantosos años ochenta. Vale decir, en víspera de que se desate una combinación de mega inflación con mega devaluación. Aunque en esta oportunidad, sumando aquello al riesgo de convocarse a una asamblea constituyente para imponernos la carta marxista elaborada por Cuba y sudamericanizada por el Foro de Sao Paulo.
El reciente resurgimiento de una cadena de ataques a la prensa libre fortalece la sospecha de que, desesperado por el fracaso de estos primeros ocho meses y pico de desgobierno, los bolcheviques que manejan el régimen Castillo den su estocada citando a una constituyente, aprovechando esta justa crispación de un pueblo oprimido y exprimido por este “gobierno”, aplicándole la estrategia marxista de exacerbar las contradicciones (diferencias entre ricos y pobres) para agudizar el malestar y presentarse como “salvadores de aquellos desfavorecidos de siempre, arruinados por culpa de los económicamente poderosos”.
Cruzarse cobardemente de brazos sería claudicar. ¡Nos corresponde seguir bregando por la vacancia y/o la acusación constitucional!
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