Vecinos inseguros
Por lo que se está viendo todos los días el tema de la inseguridad ciudadana es la mayor y principal preocupación de los ciudadanos de a pie en el país, especialmente en Lima donde la delincuencia ha ido creciendo exponencialmente, sin que hasta la fecha se haya actuado con las estrategias adecuadas ni contundentes como para combatirla.
Hace dos años, el Barómetro de las Américas nos advertía que el porcentaje de percepción sobre inseguridad ciudadana iba en incremento en el país, al punto que ya entonces nos ubicábamos en el segundo lugar como el más inseguro después de Venezuela. Los delitos fueron variando en su frecuencia e intensidad, desde el robo de celulares y carteras al paso, hasta el uso de armas para cometer asaltos violentos y a cualquier hora del día con muertes.
La prensa da cuenta de hechos policiales que ocurren todos los días, tanto que sus mayores tiempos destinados a la información en la televisión son ocupados por casos de violencia en las calles a consecuencia del incremento de la delincuencia común. Esta es la realidad. Hemos cruzado, al parecer, la línea de riesgo lo cual debe activar todas las antenas para enfrentar la inseguridad ciudadana como corresponde.
No hay distrito en Lima que no registre, cada día, un nuevo hecho de sangre. La ciudadanía se siente alarmada e insegura, incluso teme salir a las calles con la tranquilidad de otras épocas. Las autoridades tienen que ser conscientes de la gravedad de esta circunstancia y proponer al país las medidas adecuadas y, de ser posible, de emergencia para enfrentar la delincuencia y la violencia que está ganando a las autoridades en todas las ciudades del país, especialmente en la capital de la república.
Sabemos que el problema es sumamente complejo. Son múltiples las causas que hacen posible que la delincuencia se incremente, por lo cual se requiere la participación de todos los sectores. No se trata sólo de un problema que debe ser enfrentado por la policía. En esencia tiene que ver desde la educación que reciben, desde el hogar, nuestros jóvenes y niños, hasta variables que tienen que ver con problemas mayores y estructurales como hogares en crisis, valores desatendidos socialmente, pobreza, entre muchos otros.
La grave situación que enfrentamos amerita prestarle una prioritaria atención para establecer políticas públicas horizontales que cruce toda la estructura del aparato estatal, obligando a los organismos a que afinen sus estrategias integrales y planificadas con seriedad y rigor.
No es posible que en todas las encuestas que han ido registrando el problema de la inseguridad ciudadana en el país, la población se sienta cada vez con mayor temor incluso en aquellos lugares que uno imagina podría merecerles seguridad como sus propios hogares. Los delincuentes se vienen extendiendo peligrosamente, generando un ambiente de razonable preocupación e indignación ciudadanas.
Lo ocurrido, hace apenas unos días, con una pareja de esposos en la cercanía de su hogar, grafica esta inseguridad. Delincuentes que venían huyendo de la policía mataron a tiros a la señora y dejaron herido al esposo para quitarles el automóvil en que se movilizaban y seguir huyendo. Según testigos que dieron su versión a la prensa, ellos no pusieron resistencia. Sin embargo, cayeron víctimas de una insania delincuencial que no respeta la vida de personas inocentes. Es una realidad a la que se debe poner punto final.
(*) Juez Supremo