Ven espíritu divino, manda tu luz desde el cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido
Queridos hermanos:
Hoy estamos celebrando la fiesta de Pentecostés, que son cincuenta días viviendo la resurrección de Jesús, los frutos de la Pascua.
Dice la primera lectura, tomada de los Hechos de los Apóstoles, que estaban los discípulos juntos en la misma sala cuando de pronto “se produjo desde el cielo un estruendo, como de viento que soplaba fuertemente, y llenó toda la casa donde se encontraban sentados. Vieron aparecer unas lenguas, como llamaradas, que se dividían, posándose encima de cada uno de ellos. Se llenaron todos de Espíritu Santo y empezaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les concedía manifestarse.” ¿Qué significa esto?, significa que todos empezaron a entenderse en una misma lengua, la misma lengua que nos entendemos todos, el amor, es el mismo idioma y todos nos entendemos, aunque estemos entre extranjeros sabemos si te ama el otro o no. Por eso hablamos la misma lengua: el amor, que es la lengua de la comunión y de la unidad.
Por eso respondemos con el salmo 103: “envía Señor tu espíritu y repuebla la faz de la tierra”. Hoy más que nunca necesitamos que esta lengua sea extendida por todo el mundo para que se termine la violencia y el egoísmo.
Dice la segunda lectura tomada de San Pablo a los Corintios que nadie puede decir: “Jesús es Señor”, si no por el Espíritu Santo. Todos hemos sido bautizados en un mismo espíritu para formar un solo cuerpo, el cuerpo de cristo, que vive en el amor y en la unidad. “Todos nosotros, judíos y griegos, esclavos y libres, hemos sido bautizados en un mismo Espíritu, para formar un solo cuerpo. Y todos hemos bebido de un solo Espíritu.”
Respondemos con la secuencia de Pentecostés: Ven Espíritu Santo entra en nuestra alma, mira el vacío del hombre. Estamos viendo y constatando este vacío que tenemos en nuestras casas, pero Cristo quiere ocupar ese vacío, es decir, llenarlo con Su espíritu. “Sana al corazón enfermo que tenemos, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma el espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero.”
El evangelio de San Juan dice que estaban los discípulos en una casa con las puertas cerradas por miedo a los judíos ¿Qué nos da miedo hoy? el Covid, pero hay una enfermedad mucho más grande y más profunda que es el no poder amar, el no poder estar unidos unos con otros. Por eso Jesús aparece y nos dice: “La Paz con vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo.” A dar gratuitamente la Paz, es decir meter en el corazón del hombre la salvación, que es el Espíritu Santo. “Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos”, es decir empezamos de nuevo todo por la gracia del Espíritu Santo.
Por eso hermanos, feliz tiempo de Pentecostés, que el señor aparezca en nuestra vida y nos dé la gracia de poder amarnos y ser uno con Jesús, ser uno con el Padre; para esto nos ha creado el Señor. No le tengan miedo al covid ya que hay una enfermedad mucho más profunda que es el no poder amar. El Espíritu Santo sana y cura el covid del no poder amar.
Ánimo hermanos y que la bendición de Dios esté con ustedes. Recen por mí.
Obispo E. del Callao