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Víctimas de un analfabeto

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Fecha Publicación: 04/09/2022 - 23:00
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O hay una tara recóndita en el ADN del peruano -que no le permite desarrollar su seso lo suficiente como para ponderar las cosas en su auténtica dimensión-; o esta sociedad está dominada por una conducta acomplejada que le impide ejercer la política en su verdadera dimensión. ¡O ambas taras! Analicemos lo que quizá constituya el meollo del problema bicentenario que arrastra nuestro país. El Perú puede ser gobernado por un analfabeto, y a nadie se le mueve un pelo por sentirse sometido a las burradas que decida el jefe de Estado. Porque “antes que todo está la democracia” (desde luego equivocadamente entendida) que dicta que cualquier títere con cabeza puede ejercer la jefatura del Estado.

¡Esta idiotez solo se vive en el Perú, hoy en pleno proceso de autodestrucción! Si hasta para contratar al pinche más pinche dentro de nuestra burocracia hay exigencias, incluso leyes, decretos, etc., que regulan las condiciones que debe reunir el postulante al puesto más cucarachero, ¿cómo es posible que, a quien se presente como postulante para ejercer la primera magistratura de la nación, no se le exija ni siquiera haber completado la escuela primaria? Evidentemente quien intente dirigir los destinos de todos los peruanos no solo debe reunir las mejores credenciales educativas (primaria, secundaria, título universitario en acreditados centros de estudio superiores; además de maestría y doctorado), sino asimismo conocimientos generales; y aparte portar un excelente currículo moral, disciplinario y experiencia laboral destacada. Pero los constitucionalistas parecen haber privilegiado un vil criterio de “democracia plena” para beneficiar a quienes postulen al cargo de presidente de la República eximiéndoles de todo apremio en materia de experiencias cognitiva, ética, profesional, etc. Esto, amable lector, no debe continuar.

Pedro Castillo Terrones es consecuencia de esas taras derivadas de la política buenista y acomplejada de quienes, equivocadamente, han elaborado nuestras constituciones y acervo legal. Castillo, aparte de no saber hablar ni expresarse con claridad, tampoco sabe adónde está parado en materia de historia peruana y mundial. Por supuesto desconoce de economía, presupuesto, reservas netas, encaje bancario, etc. Tampoco entiende el verdadero significado de la palabra déficit ni comprende que existe algo llamado geopolítica internacional. Y, por supuesto, ignora de constituciones, de leyes, etc. Pedro Castillo es un lego, un indocto, un neófito en toda su magnitud. Y las secuelas de aquello las estamos padeciendo todos los peruanos. EXPRESO publicó ayer un dramático informe que concluye que nuestro país “pierde US$20 millones al día por ineptitud del desgobierno Castillo”. Ello amable lector, al margen de su absoluta carencia de una formación ética clara -y escrupulosamente respetuosa- de las normas, tal cual lo exhibe este -imputado como corrupto- maestro comunista que simpatiza con sendero luminoso, a quien los caviares, con sus parlantes República, RPP, Comercio, canales 2,4,5,8,9, impusieron como presidente porque “votar por Keiko es votar por la corrupción.” Hoy vemos que no solo somos víctimas del analfabetismo e incultura de Castillo. También de su monumental informalidad, absoluta falta de escrúpulos e infinita carencia de principios éticos. El Congreso necesita enmendar urgentemente la Constitución.

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