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Visión exterior

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Fecha Publicación: 11/11/2023 - 22:00
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En un viraje clave y asertivo para conjurar la crisis política producida por la no materialización de la cita bilateral entre la presidente Dina Boluarte y el mandatario de los Estados Unidos de América Joe Biden, en la reunión de la denominada “Alianza para la Prosperidad Económica en las Américas”, el gobierno designó a Javier González-Olaechea como nuevo canciller de la República.

Expliquémonos contexto y proyección. Lo primero, el enorme valor de recuperar la decencia en el desenvolvimiento público a través de la renuncia de la ministra de Relaciones Exteriores Ana Cecilia Gervasi haciéndose responsable políticamente del desaguisado diplomático.

Son muchos años, quizás décadas, que el país no veía tal gesto en un funcionario del más alto nivel en el Ejecutivo y, al contrario, nos habíamos acostumbrado a la sinvergüencería de innumerables ministros desgastados aferrándose como podían al cargo.

Lo segundo es que Boluarte no cedió a la tentación de nombrar a alguien de casa de Torre Tagle cuando las circunstancias –claramente demostradas– exigen un titular con perfil político. González-Olaechea lo es de manera integral pues no solo ostenta un Summa Cumme Laude en Ciencias Políticas por la Universidad de Buenos Aires, sino que también ha sido colaborador directo de Javier Pérez de Cuéllar cuando éste se desempeñó como secretario general de las Naciones Unidas.

Su plena identidad con las opciones liberales desde que tuvo una corta experiencia en el movimiento Libertad de Mario Vargas Llosa la ha mantenido en la academia, los medios de comunicación y como invitado a diversas comisiones parlamentarias con mucha solvencia.

En esta misma línea, González-Olaechea debe abrazar la convicción de recuperar la prestancia de nuestra cancillería devaluada durante la administración de Pedro Castillo por un puñado de embajadores en situación de retiro ambiciosos e inescrupulosos.

Los intereses permanentes del Estado peruano que debían defenderse en el fuero exterior, se pulverizaron para dar paso a la planificación circunstancial de encumbramiento de un casi probado gangster como lo es Castillo. Todo se personificó, ideologizó y se llevó al pozo más hondo de la deshonra. Desandar esa perversa ruta tomará tiempo.

Lo tercero es la energía con que González-Olaechea inició sus tareas tomando la iniciativa de pedir su concurrencia al Congreso para fortalecer la solicitud de autorización del viaje de Boluarte hacia San Francisco a fin de participar en la reunión de APEC y recibir la presidencia pro tempore de la organización.

El voto favorable de la mayoría parlamentaria desechó nuestro augurio de una negativa a la vista de los erráticos periplos anteriores de nuestra presidente constitucional.

Y añado las primeras tareas que ha anunciado el flamante canciller donde destaca la protección de los peruanos residentes en el extranjero, entre otros.

El Perú debe construir una nueva visión del mundo donde habitamos y reflejarlo en su política exterior. Confío plenamente en los pergaminos intelectuales, morales, profesionales y políticos de González-Olaechea para que ello lo veamos plasmado.

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