¡Viva la corrupción comunista!
Este gobierno no sólo ha paralizado la economía; ha quebrado un tejido empresarial forjado a pulso por emprendedores nacionales con los inversionistas locales y extranjeros; ha destruido millones de puestos de empleo con su amenaza al sector privado; ha endeudado hasta la náusea al país, al extremo que el BCR ha dado la voz de alerta; ha inundado el Estado de una ralea perulibrista de la peor estofa, signada por delincuentes, prontuariados, hasta convictos con penas suspendidas, etc.
Pero independientemente de la avalancha destructiva que impulsa el régimen Castillo, también ha restaurado la corrupción en los altos niveles del gobierno, trayéndose abajo uno de los principales reclamos de la ciudadanía: la lucha frontal contra esta podredumbre.
En efecto, ayer EXPRESO tituló su portada “No más pobres en un país rico”, con las fotografías del ministro de Justicia, Aníbal Torres, y Economía, Pedro Francke, ilustrando emblemáticos casos de cómo malversa los fondos del Estado el gobierno que preside Pedro Castillo, en beneficio de sus propios integrantes.
Según informaciones proporcionadas a este periódico por la abogada Mónica Yaya, ex presidente del tribunal de Contrataciones del Estado, Víctor Antonio Torres, hermano del ministro de Justicia, es apoderado de Aldem SAC, empresa que, con fecha 12 de agosto, resultó favorecida mediante contrato con el Estado por veintidós millones de soles para prestar servicio de mantenimiento a distintos lotes de vacunas contra el COVID. Sucede que, en esos momentos, el ministro-hermano advertía nuevos recortes a las libertades de los ciudadanos que no tuvieran dos dosis de la vacuna aplicadas.
Vale decir, el hermano-ministro, Aníbal Torres, promovía la demanda de la vacuna y, en contrapartida, su hermano Víctor Antonio contrataba con el Estado para brindarle servicio de “mantenimiento” a dicho producto, cuya demanda estaba garantizada porque el gobierno lo impondría mediante sanciones a todo aquel que no estuviese doblemente vacunado. Suena a mafia napolitana, ¿verdad? ¡Pero en esas estamos, amable lector! Porque el 12 de agosto 2021, Víctor Antonio Torres Vásquez, apoderado de Aldem SAC, suscribió un contrato con el Centro Nacional de Abastecimiento y Aseguramiento de Salud, una dependencia del Ministerio de Salud.
El objeto del contrato: “almacenar productos farmacéuticos refrigerados, en la modalidad de transporte vía aérea”. Altanero con el presidente del BCR, pero inescrupuloso con el Estado, ministro Torres.
La premura del gobierno por lucrar de su señorío en el poder resulta realmente grosera. Porque en medio del desastre socioeconómico, político, sanitario, diplomático, etc., en que se encuentra atrapado el Perú, ocurre que sus autoridades se reparten los escasos recursos del Estado que deberían destinarse a beneficiar a la población. Comprobamos que a este régimen no le interesa el pueblo, salvo para utilizar su nombre con fines perversos como perpetuarse en el poder.
A este apparatchik solamente le importa el bienestar de la nomenklatura comunista que lo maneja.
El presidente Castillo es hechura de la corrupción y prepotencia caviar. Fundamentalmente, obra de Kuczynski, Vizcarra, Sagasti. ¡Perú necesitaba extirpar estas lacras! Desgraciadamente, nos encontramos ante el mismísimo escenario que hace un lustro: un Estado corrupto. ¡Vacancia ya!
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