Vive con éxito
Los objetivos, metas y fines que el ser humano se ha propuesto, depende de uno mismo, no de los demás, podría existir apoyo, empero en esencia, uno es el arquitecto de su destino, para eso hay que luchar contra el sentimiento del fracaso, que trae depresión, angustia, tristeza, desesperación, por lo tanto, hay que buscar la esperanza, la luz y fe, en las cosas que construimos para alcanzar el éxito.
Cuando hablamos de éxito, no nos referimos solamente a lo material, sino vivir satisfecho de lo que hemos hecho; y para eso, debemos tener una buena disposición, voluntad de querer lograrlo, darle efectividad a tu actitud, las herramientas que tengas ponlas a funcionar, los recursos hay que asignarlos a Dios, gastar lo que es necesario, ahorrar y no desperdiciar, ayudando a los que necesitan sin esperar nada a cambio.
Vivir con éxito es una percepción de vida, que se logra con la perseverancia, que te hace sentir bien interiormente, en que tienes bien claro que existen personas que saben más, menos e igual que uno, pero esa realidad no significa de ninguna manera que no vivas con éxito.
Son dones que Dios ha otorgado al ser humano, que implica la sabiduría, la creatividad, espontaneidad, el don de gente, servicial con las demás personas, vocación, sensibilidad, habilidades, destrezas, imaginación, capacidad de colocarse en el lugar de la otra persona, ayuda definitivamente a construir una vida con sabiduría, obteniendo calma en medio de la tempestad, siendo tierno, sereno, apacible, el éxito será constante, mientras aceptemos corrección, instrucción, toda crítica constructiva va a enseñar a ser mejor, alaba las críticas buenas, escoge personas, amistades, afectos con los que vale la pena vivir.
Las personas, a las que les agrada vivir con éxito, no deben tener una actitud defensiva porque demuestran muchas cosas irresueltas en su interior que no han salido a la luz, que no son aceptadas ni reconocidas, que interfieren en ver la luz en la oscuridad y las tinieblas.
Esta clase de personas, van formando un corazón resentido lleno de envidia, odio, discriminación, que no les permite fluir sino estancarse y no avanzar, lo que se conoce como una actitud de muralla, impenetrable, y lo único que consiguen con este perfil es el alejamiento de las personas y de los seres queridos. Un corazón roto, herido, resentido hay que trabajarlo, moldearlo y sacar lo bueno para lograr vivir con éxito.
Mientras las personas no asuman la responsabilidad de sus acciones es muy difícil que cambien, su pensamiento se limita a la negación de los actos y de su comportamiento y no fluye la actitud de querer cambiar para ser mejor persona, puede influenciar mucho cuando descubrimos que las personas son soberbias, orgullosas, rígidas, no admiten razones sino las suyas, no obstante estar equivocados, son personas necias, sordas, que solamente escuchan lo que les conviene, sin internalizar todo lo que pierden.
Por eso es importante rodearse de personas con pensamientos distintos, que permitan comparar las ideas, los objetivos, abrir puentes, nuevos caminos o alternativas, caso contrario, las personas no alcanzan a vivir con éxito.
Para lograr los objetivos trazados en la vida debe haber una actitud de sometimiento, sujetarse a las normas, convivimos en una sociedad con derechos, deberes, obligaciones y debemos respetar a la autoridad para que apruebe nuestra conducta y vivamos en paz, armonía, respeto a nosotros mismos y a los demás que viven en la sociedad.
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