Vizcarra atraviesa por un momento álgido
Empieza la fase más aguda del régimen Vizcarra. Luego de haber sometido al Poder Legislativo, comprado a la prensa, convertido en coto palaciego al Ministerio Público y neutralizado al Poder Judicial, el próximo ciclo es agudizar las tensiones a través de esos dispositivos transformados en armas de arremetida para anular cualquier asomo de oposición. En primer lugar, emprenderla contra la exigua prensa libre que sobrevive en el país. Entre ella, el periódico EXPRESO. Es evidente que se trata de un calco de las estrategias fujimontesinistas. Sin embargo en una variante más peligrosa. Porque hoy el vizcarrismo cuenta con el respaldo en bloque de la llamada gran prensa, comprada por el Ejecutivo vía la corrompedora argucia de la publicidad estatal. Muy fácil en estos tiempos en los que la otrora gran prensa navega en medio de una borrasca reavivada por las redes sociales y la pérdida de lectoría en el papel periódico. Por eso es sencillo comprar lo que antaño fueran periódicos emblemáticos, hoy rumbo a la ruina y plenos de conjeturas legales, producto de problemas societarios, vinculaciones peligrosas con la corrupción Lava Jato, y transferencias de activos confiscados por el Estado. Como un canal de televisión recibido en propiedad vía una operación a todas luces tramposa llevada a cabo por el entonces presidente y hoy prófugo delincuente Alejandro Toledo. El mundo da vueltas, estimado lector. Más aún en un escenario de transformación mundial sin parangón. En consecuencia los todopoderosos mandamases de ayer son los principales candidatos a ser condenados por una Justicia que ya no se somete a sus ucases ni privilegios, como solía ocurrir. En este orden de cosas el Gobierno que dirige Martín Vizcarra es tan neófito y/o miope que no repara en esta realidad. Y anda muy confiado en aquel “respaldo mediático” que lo acompaña cotidianamente, solo para seguir retroalimentándose ambos entes erráticos -Gobierno y prensa decadente- en desesperada carrera por seguir sobreviviendo sin viabilidad alguna de conseguirlo.
Pero la desesperación es muy mala consejera. Fundamentalmente alienta plantarle cara a irreales molinos de viento a los cuales culpar de sus propias improvisaciones y tonterías, propiciándole palos de ciego a unos “enemigos” que, en rigor, solamente encarnan la verdad y el sentido común. Condiciones hoy inexistentes en el oficialismo, su coro mediático y su séquito progre-marxista, que viene empujándolo para hacerle caer en la misma trampa de osos con la cual tropezarán Toledo y Humala.
La fiscal Evelyne Ramos -obviamente digitada desde Palacio de Gobierno- ha pedido al Poder Judicial que evalúe medidas restrictivas contra EXPRESO, impulsada por una querella contra el periodista César Rojas -ajeno a este periódico- que interpusiera la congresista roja Mariza Glave, hoy tan entrañable al gobierno quizá entusiasmada por el proceso electoral 2021. Como era de esperarse, las pretensiones de Glave y de la fiscal Ramos fueron declaradas improcedentes por el juez Erik Veramendi.
No obstante, la mano negra del Ejecutivo -maniobrando al Ministerio Público- es capaz de continuar intentando acallar al periodismo libre solo para ganar tiempo. Reiteramos, Vizcarra practica el fujimontesinismo II.