Vizcarra dedicado a defenderse, no a gobernar
Martín Vizcarra continúa ahondando sus años de carcelería, sumándole a las futuras condenas por corrupción, obstrucción a la Justicia, organización criminal, abuso de autoridad, etc., penas que corresponden a la malversación de recursos públicos por estar dilapidando las reservas del país que tanta sangre, sudor y lágrimas costaron a generaciones de connacionales acumular. Fondos cautelados para que, algún día, sus hijos y nietos pudiesen vivir en un país decente con un futuro mejor. Pero Vizcarra y su novel ministra de Economía han pulverizado alrededor de US$35,000 millones en sólo cuatro meses, so pretexto de “reactivar” el aparato económico nacional. Sin embargo, según los principales organismos internacionales de finanzas y economía Perú es el país que peor ha gestionado el manejo económico de la pandemia. Lo reiteran, por si fuera poco, las más importantes calificadoras de riesgo del mundo. En consecuencia, hablamos de US$35,000 millones echados al agua. Y todavía así, la crisis económica peruana es estratosférica. La pérdida de puestos de trabajo supera muy largamente las expectativas, así como la devaluación patrimonial en sectores como el inmobiliario, industrial, comercial, etc., alcanza cotas alarmantes.
Evidentemente, semejante efecto con visos de cataclismo lo soportará con mayor impacto la población a partir del primer trimestre de 2021. Nada menos que ad portas de unas elecciones que, hasta la fecha, prometen más bien agravar el futuro socioeconómico y político del país. La principal razón es el ínfimo nivel de la mayoría de candidatos a la presidencia y el Congreso, promovidos por la prensa parametrada de la mano del esperpéntico régimen Vizcarra. Aunque subyace la posibilidad de que Vizcarra dé otro golpe de Estado, y retrase las elecciones acorralado por las circunstancias que el 28 de julio 2021 tendría su primera cita con la Justicia. A eso se debe que el aún presidente esté dedicado a sermonear al ciudadano, victimizándose de sus delitos y mostrándose desafiante con la Justicia, demandando “que me interrogue la fiscal de la Nación”, con quien mantiene estrecho contacto según uno de los audios. Esta realidad invalida cualquier intervención de la susodicha en el affaire de los audios donde Vizcarra trama obstaculizar la Justicia para esconder su orden de contratar al alias “Swing”. Pero Vizcarra también rechaza que lo interrogue otro fiscal supremo, en presencia de un procurador. Dedica pues gran parte del tiempo a su defensa personal. Tiempo que le sufraga el contribuyente para trabajar por el país. No para trapichear sus enredos particulares.
Hasta aquí, un apretado compendio del panorama económico y político. No obstante, queda por incorporar la crisis de Salud derivada de la infame gerencia de Vizcarra al Covid. Repetimos, igual que somos primeros en el orbe en materia de gestionar mal el aspecto económico de la pandemia, somos los primeros en el planeta en administrar con los pies el aspecto sanitario de ella. Eso nos lleva a la posibilidad de que a principios del año entrante se presente una segunda efervescencia pandémica y volvamos a tener un nuevo contagio masivo, con las graves consecuencias que aquello acarrearía.