Vizcarra gobierna con poderes autocráticos
El golpe blanco de Estado perpetrado por el régimen Vizcarra aduciendo como excusa que el suyo es el –único– gobierno que lucha contra la corrupción, no solo ha quedado plasmado en el sometimiento de un poder del Estado –fiscalizador del Ejecutivo– como el Congreso; la neutralización del Poder Judicial vía aprieto presupuestal y campañas psicosociales como aquellas que derribaron a su expresidente, Duberlí Rodríguez; el secuestro de la Fiscalía de la Nación y su entrega a los operadores políticos marxistas que anidan en Palacio; y en la compra de la línea periodística de los llamados grandes medios periodísticos vía la corruptela de la publicidad estatal. No. La audacia de este régimen presidido por Vizcarra le ha agregado otros instrumentos coercitivos al Poder Ejecutivo, a los efectos de sofocar cualquier oposición incómoda a su administración.
Una de ellas es la concesión de poderes extraordinarios a la Sunat para destripar a los contribuyentes no alineados con Palacio. Y otra es la creación de una Policía Política, enchufada al uso exclusivo del equipo de asesores progre-marxistas del presidente de la República. A ella se le reconoce como la Diviac o División de Investigaciones de Alta Complejidad. Este ente no depende del comando policial sino, en línea directa, del jefe de Estado. Es decir, de sus asesores u operadores políticos. Tanto así que es público el malestar en la Policía Nacional por la manifiesta independencia que detenta Divac, rayana en la politización de un cuerpo policial supuestamente instituido para investigar delitos de “Alta Complejidad”. En síntesis, un SIN contemporáneo a ordenes de Martín Vizcarra. Incluso desarrolla trabajos paralelos al de los organismos especializados de la PNP. Aunque estos últimos carecen de fondos, en tanto que el Gobierno le brinda a la Divac todos los recursos humanos y el apoyo logístico y económico que demande.
El ideólogo de la Diviac fue el ex ministro socialista Carlos Basombrío, otro pope de la progresía marxista sembrado por PPK, y su operador inicial fue Rubén Vargas. Hoy la dirige un coronel Colchado. La Diviac, según divulgara EXPRESO, “informa de sus investigaciones sólo y expresamente al Presidente Vizcarra, sin intermediación ni mediación de su ente matriz, la PNP y el Ministerio del Interior. Tiene su propia página web; lo mismo que su particular normativa, a través del Decreto Legislativo N°1267. Curiosamente es la entidad encargada de investigar los delitos de ‘alta complejidad’, dentro y fuera del país, de lo que se denomina crimen organizado, con lo cual cumple un trabajo paralelo a las direcciones especializadas de la Policía Nacional.”
Preguntamos: ¿Los progre marxistas estuvieran tan calladitos si fuese presidente Alan García y hubiese estructurado un gobierno que controle al Poder Legislativo, el Poder Judicial y el Ministerio Público; destine las multimillonarias partidas presupuestales del avisaje estatal a comprarle la línea perídística a los consorcios mediaticos; establezca facilidades draconianas para que Sunat escabeche a sus opositores; y adicionalmente manejase una policía política supernumeraria que cuenta con todos los recursos necesarios, a diferencia de la Policía Nacional que sobrevive en la inopia?