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Vizcarra: la versión moderna de Fujimori

Fecha Publicación: 05/01/2019 - 22:00
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Sin bailar samba, abandonando la belleza de la mujer brasileña y sin haber participado en la asunción del mando de Jair Bolsonaro, y regresando al Perú, revela el interés del presidente Vizcarra en tomar el control político del Ministerio Público –organismo constitucionalmente autónomo– en el que el jefe de Estado no puede intervenir, ni siquiera haciendo demandas verbales de cambio o ratificación de sus autoridades, por respeto al Estado de Derecho y al orden constitucional al que juró cumplir cuando de casualidad se encontró con la presidencia de la República, basta con revisar los artículos 43 y 118 inciso 1 de la Carta Magna.

Cual dictador –emulando a Chávez y Maduro– pretende el control político de los poderes del Estado, donde necesita un sistema judicial sometido, de ahí la urgencia de promover un falso referéndum para que sus perversos objetivos y acciones ilícitas que podrían ser denunciados ante la Fiscalía terminen en el archivo y así perseguir judicialmente a sus opositores. No olvidemos que Vizcarra tiene 47 denuncias penales.

De otra parte el Parlamento recibe un inconstitucional proyecto de ley para intervenir el Ministerio Público, siendo impostergable que los congresistas asuman su deber de poner fin a la pretensión dictatorial de Vizcarra, que teniendo 47 denuncias en el Ministerio Público no goza de la imparcialidad ni idoneidad como para plantear su emergencia y debieran destituirlo por la grave infracción constitucional de impedir reiteradamente el funcionamiento del Congreso mediante el uso abusivo de la cuestión de confianza como medio de extorsión política, y por estar atentando contra la independencia de los organismos y poderes autónomos quebrando el orden constitucional.

La escuelita del fujimontesinismo está de vuelta, encabezada nada menos por Vizcarra y el írrito constitucional de tomar el control del Ministerio Público se parece como una versión moderna de lo que hizo Fujimori el domingo 5 de abril de 1992, donde una masa bruta aplaudía el pisoteo del Estado de derecho. Ahora es más refinado, no hay tanques en la calle, hay una prensa arrodillada.

La masa ignara está endiosando al presidente Vizcarra y a un descentrado fiscal como Domingo Pérez.

El proyecto de ley presentado por Vizcarra es inconstitucional porque no se puede declarar en emergencia un organismo autónomo del Estado; romper el Estado de derecho e irrumpir en la independencia de las instituciones fue lo que hizo Fujimori el 5 de abril.

Así como una abrumadora mayoría respaldó a Fujimori, ahora Vizcarra tiene también un altísimo apoyo y lo está usando no para mejorar su muy deficiente gestión de gobierno o para reconstruir las maltrechas instituciones, sino para capturarlas en función de sus intereses particulares.

Por: Alfredo Vignolo G. del V.