Este martes 28, el ingeniero Martín Vizcarra dará su último mensaje a la Nación sobre la situación de la República y las mejoras y reformas que juzgue necesarias (artículo 118 de la Constitución). Obviamente que el tema central será la lucha contra la pandemia, que por ahora nos coloca en el séptimo lugar mundial en el número de contagiados de Covid-19 -sólo superados por países más poblados que el Perú- y con una vergonzosa letalidad por cada millón de habitantes que no se alcanza completamente a maquillar.
Vizcarra, en su primer mensaje de Fiestas Patrias (2018), paradójicamente prometió S/ 700 millones que destrabarían la construcción de varios hospitales -que hoy urgen-, sin embargo, solo pudo inaugurar dos que estaban casi listos en: Supe y Moyobamba, pero, este último sigue incompleto (Panorama 01/12/19). Es evidente que la red hospitalaria no cuenta con oxígeno, vital para esta guerra, pese a la lluvia de millones de compras que se anuncian, mientras los hospitales han quedado a la vera de la caridad de la Iglesia o de las mineras para contar con una “plantita” de oxígeno.
En su segundo mensaje (2019), Vizcarra prometió S/ 9,500 millones para acelerar la Reconstrucción del Norte y tras un magro avance del 43%, acaba de tirar la toalla encargando las obras (S/ 7,000 millones) al gobierno británico (22/06/20). También se puso como meta construir 1,000 colegios, pero solo ha llegado a culminar 42 (Minedu). Igualmente, ofreció 50,000 becas de pregrado para el período 2019-2021, empero, sólo cumplirá con el 8% en el 2020 (4,000 Becas 18).
Todo indica que en esta oportunidad nos volverá a ilusionar con el millón de empleos del programa Arranca Perú (16/06/20) y Dios quiera que esta vez sí cumpla, porque la megarrecesión ha dejado en Lima a 2.7 millones de trabajadores sin empleo (INEI) y en el resto del país a una cantidad similar.
¿Seguirá su popularidad en ascenso como registran las encuestas telefónicas de Ipsos? Seguro, a pesar que el Mapa de Calor de EsSalud acaba de reportar un incremento de contagios en 12 distritos de Lima, principalmente en Los Olivos y Villa María del Triunfo, a los que acompañan esta vez: Surco y Miraflores.
El Presidente -tal como sucedió con su antecesor Ollanta Humala- repite un gabinete presidido por Pedro Cateriano, al cual solo hay que pedirle que se coloque en “modo avión” en el próximo proceso electoral, y no vuelva a disponer como en el 2016 que los militares y policías que habían votado en la primera vuelta no lo hagan en la segunda vuelta, beneficiando al candidato de su simpatía. Además, toca a los partidos poner un ojo avizor al escrutinio en mesa de los 500 tambos construidos por Humala en puntos entre 3,000 y 5,000 metros de altura, las fronteras y en el Vraem donde votan la mayoría de los 750,000 hogares beneficiados del Programa Juntos (más de un millón de votos).
Una revisión de las votaciones de: la segunda vuelta del 2016, referéndum 2018 y elección al Congreso 2019 nunca esta de más. Seguramente que la ONG Transparencia, dirigida hasta hace poco por el embajador Allan Wagner, uno de estos días nos sorprende con la publicación de este estudio.