Vizcarra y los caviares
La judicialización de nuestra política —y su complemento, la politización de la Justicia— están causándole tal daño al Perú, que la palabra caos no alcanza a describir la terrible realidad que nos embarga, desde que la mafia caviar se instaló acá.
Nuestros “políticastros” caviares, azuzados y envalentonados por ONG multinacionales, adelantan opinión sobre las leyes que, de acuerdo a la Constitución, solo puede tramitarlas, debatirlas y aprobarlas el Legislativo. Porque, cometiendo prevaricato, ignoran la majestad del poder Legislativo, desacreditando las normas ya gestionadas, debatidas y aprobadas, pretendiendo someterlas como cuestión previa a los feudos de otro poder del Estado, como el Judicial, desnaturalizando así la exclusiva función constitucional del órgano jurisdiccional.
Como informara recientemente EXPRESO, “grupos de jueces titulares y provisionales han sentado, como costumbre, adelantar opinión sobre leyes que inclusive se encuentran aún en debate en el Congreso de la República, o acaban de ser aprobadas y recién entran en vigencia.” Esta ha sido la inconducta constante durante los últimos tiempos de la Asociación de Jueces para la Justicia y la Democracia, ente caviar conocido como Jusdem.
“Denunciamos que el dictamen”, dice Jusdem en un comunicado aparecido esta semana —refiriéndose a la norma que amnistía condenas a policías y militares —que llevan MÁS DE VEINTE AÑOS procesados por hechos ocurridos durante la guerra contra el terrorismo— “representa un mecanismo legislativo de impunidad, disfrazado del argumento humanitario, que vulnera obligaciones internacionales del Estado peruano en materia de derechos humanos y de justicia transicional”.
Tan grosera como prepotente es la actitud de este coto privado de los jueces progresistas o caviares que, desde el inicio del debate de un reciente proyecto de ley —así como durante su discusión; y, por supuesto, ya una vez sancionada la misma por mayoría constitucional—, estos afiebrados justicieros deciden desprestigiarla por calles y plazas. Eso sí, sin otra premisa que usar idénticos conceptos que los aplicados por los terroristas de Sendero Luminoso y el MRTA para descalificar cualquier criterio que otorgue amnistía a los policías y militares. ¡Aunque estos superen, hoy, veinte años siendo procesados por hechos ocurridos durante la guerra antiterrorista! Y, como no podía ser de otra manera, esta “asociación de jueces” Jusdem es promocionada por la ONG IDL —cuyo dueño, Gustavo Gorriti, es amigo de George Soros, quien desde 1984 ha “donado” US$32,000 millones por todo el mundo para imponer este tipo de operativos, dedicados a implantar su voluntad en los “paisuchos” que considera fáciles de colonizar vía la cultura woke”.
Apostilla. Sumándose al coro anti Legislativo caviar, el canalla Martín Vizcarra enfila contra el Parlamento. “Vuelve a inhabilitarme por haber clausurado el Congreso con el respaldo mayoritario de la población. Lo hace porque teme lo que represento”, alega el sinvergüenza inhabilitado por una década para ejercer como funcionario público. “No me van a doblegar. Que el pueblo decida en las urnas, no una mayoría de 3% que a nadie representa”, concluye este fanfarrón, culpable de, al menos, doscientas mil muertes de peruanos tras su criminal comportamiento durante la pandemia. Dios los cría y ellos se juntan.
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