¡Votemos mejor en las siguientes elecciones!
Los gobiernos de izquierda que hemos tenido desde 2011 -Humala, PPK, Vizcarra, Sagasti y Castillo- son responsables del caos generalizado en que se encuentra hoy nuestra nación. A su manera, cada cual contribuyó a resquebrajar la calidad de la gobernanza del país, impulsados por su soberbia y desinterés en la ciudadanía. Desde la inseguridad más absoluta que reina en nuestras calles; pasando por la recesión con visos de estanflación que asoma por el horizonte; agravada porque los sucesivos gobiernos no hicieron algo para prevenir los inveterados perjuicios cíclicos -cada vez peores- que produce el Fenómeno del Niño, etc.; y/o la espantosa noticia que, este año, el valor de nuestras agroexportaciones caerán -por primera vez- en catorce años. Esto último, a nuestro modo de ver, se debe a la infamante gestión de Francisco Sagasti, un caviar que, para zanjar una violentisima algarada política de su engreída izquierda extremista, anuló la extraordinaria legislación que generó el éxito de aquella nueva, mundialmente exitosa agricultura peruana nacida de la nada desde los arenales costeros. Hoy pagamos la consecuencia de tamaña temeridad, que por siempre llevará puesto el oprobioso sello Francisco Sagasti Hochhausler.
Otro ángulo de los perjuicios que genera la izquierda, con su trayectoria buenista -hipócrita y falaz- es la ineficacia de los gobiernos que hemos tenido. ¡Evidentemente porque la izquierda prefiere ignorar el sentido común, cuando este no la ayuda! ¡Por ejemplo, permitir que a estas alturas el Congreso opere como si el Covid-19 aún estuviera en apogeo! ¿Por qué las sesiones del Parlamento siguen siendo virtuales, en plena crisis socioeconómica? La semana pasada se debatía en el Hemiciclo legislativo la propuesta de un crédito suplementario presupuestal en plena recesión; tal como alertó EXPRESO, no el ministro de Economía. ¡Sin embargo, al Hemiciclo congresal solo asistieron diez de los ciento treinta parlamentarios! Los ciento veinte restantes estaban en cualquier otra parte; quizá algunos participando virtualmente aunque sin aportar ideas coherentes. También está nuestra presidente viajera y su corte de inútiles ministros, que solo aparecen en fotografías. Asimismo, los jueces y fiscales se burlan a diario de la población, liberando a criminales capturados por la Policía, inclusive en flagrancia. Inconducta que validan otros altos funcionarios del Estado a quienes, puntualmente, paga usted sus sueldos, amable lector, sin que necesariamente trabajan cumpliendo a cabalidad su función. Otrosí. Hace tres años el Estado no construye una sola cárcel, siendo este uno de los tres países más inseguros del planeta, y reconociendo que la sobrepoblación en los penales es de las más altas del mundo. Por eso mismo, otra razón es que las cárceles peruanas no solo NO son centros de resocialización, sino escuelas del crimen.
Las incongruencias de nuestro Estado, gobernado por las izquierdas, son infames y perjudican al ciudadano.¡Cuánto mejor sería el Perú si esto lo recuerda el elector la siguiente vez, al llenar su balota para votar! ¡Basta de buenismos izquierdosos! Parafraseando a Winston Churchill, “La diferencia entre humanos y animales, es que estos últimos nunca permitirían que el más estúpido de la manada los lidere.”
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