Y dale con la cantaleta
En diversos círculos, políticos, periodísticos y hasta amicales, se ha vuelto casi un estribillo afirmar, conjeturar que la bancada de Fuerza Popular está blindando al gobierno de la Sra. Dina Boluarte. Resulta curioso que los más entusiastas en deslizar y argumentar a favor de tal supuesto sean aquellos que hace apenas dos años ponderaban a la hoy mandataria en su rol de vicepresidenta de la República y ministra de Desarrollo e Inclusión Social del nefasto y penoso golpista Pedro Castillo. Más aún, que en junio de 2021 hicieron campaña y votaron por ambos en fórmula presidencial, indebidamente inscrita y malamente pasada a segunda vuelta electoral.
Los exaliados de la jefa de Estado echan mano del argumento de la vacancia, en la que insisten desesperadamente aún hoy que están ya convocadas las elecciones generales para abril de 2026. Cargan la no materialización de la misma a la bancada fujimorista, pese a que para vacar a un presidente de la República se requieren legalmente 2/3 del número legal (130) de congresistas, lo que significa 87 votos, mientras que los congresistas liderados por Keiko Fujimori representan solo 21 votos.
También hay quienes, pese a no bailar al son de la música caviar o bermeja, con mucha ingenuidad o bastante distracción, asumen la suposición del blindaje. Son aquellos que no llegan a entender, interiorizar o recordar lo que se ha explicado en abundancia: que un presidente de la República –la Sra. Boluarte lo es–, si bien puede ser investigada por el mínimo indicio existente de alguna inconducta, no puede ser acusada sino por los 4 supuestos previstos acotadamente, es decir, limitadamente o en lista cerrada, por el Art. 117° de la Constitución Política vigente.
Otra razón aludida –pronto volverá a ponerse en el tapete– es el acuerdo al que desde el año congresal 2022-2023 arriban distintas bancadas, la de Fuerza Popular entre ellas, para lograr una Mesa Directiva del Congreso. El hecho de que este acuerdo incluya a la bancada de Perú Libre, que inició el 2021 con 37 miembros y hoy tiene 11, es visto como un apoyo al gobierno, pese a que, al menos públicamente, se ha dado más de un deslinde entre Boluarte y Cerrón.
Pareciera que quienes critican ese avenimiento coyuntural quisieran que la directiva del Parlamento vaya a manos de probados extremistas, morados, “lagarto lovers” o destructores de la institución.
A estas alturas, la vacancia no solo no es solución al mal gobierno, sino que el elector debe asumir de una buena vez que elige autoridades por un período determinado.
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