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“Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre”

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Fecha Publicación: 07/08/2021 - 20:40
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Queridos hermanos

Estamos ante el domingo XIX del Tiempo de Ordinario. La primera lectura está tomada del libro de los Reyes donde se ve que Elías iba por el desierto y se deseó la muerte al no poder continuar. Dijo: ya no valgo para nada, llévame Señor junto a ti; y se echó en un sitio a dormir bajo un árbol. El Ángel del Señor le dijo: levántate y come. Elías comió, bebió y volvió a dormir, pero el Ángel le volvía a decir que se levante y se ponga en camino. ¿Qué significa esta palabra?, ¿cuántas veces deseamos la muerte porque la vida, el desierto que estamos viviendo, es superior a nuestras fuerzas? sin embargo Elías come y bebe, recompone sus fuerzas y se pone en marcha hacia el monte Horeb, que es el monte de Dios. Comer el cuerpo de Cristo y beber su sangre nos ayuda a atravesar el desierto y a anunciar el Evangelio, la Buena Noticia, al hombre de hoy.

Por eso respondemos con el salmo 33: Gustad y ved qué bueno es el Señor, los humildes lo escuchen y se alegren. Yo consulté al Señor y el me respondió y me libro de todas mis ansias. ¿Cuánta ansiedad tenemos en medio de la pandemia que estamos viviendo? Por eso nos invita el salmista a contemplar al Señor para saciarnos y quedar radiantes, porque el Ángel del Señor acampa en torno a sus fieles y los protege.

La segunda lectura que es de San Pablo a los Efesios, nos invita a no entristecer al Espíritu Santo. ¿Cómo entristecemos el Espíritu Santo? dejándonos llevar por la amargura, la ira, los enfados, los insultos, la maldad. Por eso San Pablo nos invita a ser comprensivos y a perdonarnos unos a otros, como Dios nos perdona a nosotros; y a vivir en el amor, como Cristo nos amó y se entregó por nosotros. San Pablo nos invita a interiorizar la buena noticia y exponerla al hombre de hoy.

El Evangelio de San Juan nos dice que los judíos criticaban a Jesús al proclamarse cono el pan bajado del cielo. Decían los judíos: ¿no es este el hijo de José? ¿Acaso no conocemos a su padre y ya su madre? ¿cómo dice que ha bajado del cielo?¿cuantas veces la iglesia se nos presenta bajada del cielo, para destruir en nosotros el hombre viejo? Pero Jesús decía: no critiquéis, nadie puede venir a mí sino le trae el Padre. Es discípulo de Dios quien cree en la palabra de Dios, el que escucha lo que dice el Padre y aprende. “Os lo aseguro, el que cree en mí tiene vida eterna. El Señor nos invita a tener vida, fruto del bautismo que te da la fe. Por eso el Señor nos invita comer el pan de la vida que es su cuerpo, Él mismo. Lo que más necesitamos ahora en nuestro Perú es comer a Jesús para perdonar y anunciar el Evangelio.

“Yo soy este pan bajado de cielo, el que coma de este pan vivirá para siempre, y el pan que yo le doy es mi carne. El Señor nos invita a ser, como no dicen los padres de la iglesia, co-corpóreos de Cristo, es decir, a llevar en nuestro cuerpo a Jesús resucitado, para que, viéndonos, vean el cuerpo de Jesús, vean a Cristo; este es el testimonio más grande que podemos mostrar al hombre de hoy, para que le Espíritu Santo abra nuestro corazón y haga de todo una nueva creación. Por eso, ánimo hermanos en el camino de desierto que estamos viviendo. El Señor nos invita a llevar a Jesús de Nazaret en nuestro cuerpo, para eso es necesario rezar, gritar, para que el mundo de hoy pueda creer y puedan experimentar la vida eterna, es decir, puedan comer el verdadero cuerpo del Señor que produce en nosotros la felicidad, la autenticidad, la Vida Eterna.

Con mi bendición.

+ Mons. José Luis del Palacio-Obispo E. del Callao