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ZEEP: empezando a transformar el país que tenemos en el Perú que soñamos

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Fecha Publicación: 19/09/2025 - 20:00
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El Congreso de la República aprobó por insistencia la Ley Marco de Zonas Económicas Especiales Privadas (ZEEP). Bien implementadas, estas zonas pueden convertirse en motores de industrialización, descentralización, generación de empleo formal y atracción de inversiones sostenibles, que el país necesita con urgencia.
No exagero al afirmar que estamos ante una de las iniciativas más trascendentes en materia de política productiva de los últimos años. Con un reglamento adecuado, infraestructura y condiciones apropiadas, las ZEEP permitirán al Perú integrarse de manera más competitiva a las grandes cadenas globales de valor.
Sin embargo, los beneficios tributarios y aduaneros, que se extenderán hasta por 25 años, no serán suficientes. Se requiere mejorar la conectividad, la logística y la seguridad jurídica. Sobre todo, es indispensable generar confianza en los inversionistas.
Desde ADEX hemos señalado que el éxito de las ZEEP dependerá de un reglamento elaborado en diálogo con el sector privado. Este debe evitar la excesiva burocracia y, al mismo tiempo, asegurar que las zonas cumplan con su verdadero propósito: diversificar la producción nacional y generar valor agregado.
La experiencia internacional ofrece lecciones claras. Costa Rica, por ejemplo, transformó su régimen de zonas francas para atraer empresas tecnológicas y de servicios de alto valor, a cambio de exoneraciones y facilidades, exige compromisos en inversión, empleo calificado y cumplimiento de estándares ambientales y laborales. Uruguay, por su parte, mantiene un régimen consolidado enfocado en servicios y logística de alto valor; mientras que El Salvador apostó por un modelo orientado a la maquila y la exportación.
El Perú tiene ahora la oportunidad de seguir un camino propio, con visión estratégica. No podemos permitir que las ZEEP se conviertan en simples enclaves de importación y reexportación. Deben integrarse al tejido productivo nacional, impulsar la formalización y promover empleo de calidad.
Un elemento esencial es la descentralización. Estas zonas deben instalarse en regiones que demandan mayor dinamismo económico, aprovechando sus ventajas comparativas y reduciendo la histórica brecha entre Lima y el resto del país. Esto no solo atraerá inversiones, sino que también mejorará la calidad de vida de miles de peruanos históricamente excluidos.
El sector privado está dispuesto a contribuir con propuestas técnicas que fomenten la inversión sostenible, fortalezcan los encadenamientos productivos con micro y pequeñas empresas locales y potencien la competitividad regional.
Paralelamente, es indispensable establecer mecanismos que garanticen que los beneficios de las ZEEP se traduzcan en empleo formal, transferencia tecnológica y desarrollo de capacidades en la fuerza laboral local. Solo así este régimen especial será reconocido como una verdadera herramienta de transformación productiva y social.
Las ZEEP representan una gran oportunidad para el Perú, pero también un enorme desafío. Con visión y decisión, pueden marcar el inicio de una nueva etapa de industrialización y crecimiento sostenido. Depende de nosotros que se conviertan en espacios de desarrollo inclusivo y competitivo y no en una promesa incumplida. Avancemos juntos, transformemos el país que tenemos en el Perú que soñamos.

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