Charo Arroyo, periodista y correctora, revela secretos muy bien guardados, su mirada irradia nostalgia, el café pide licencia para enfriarse y el corazón entibia acelerado.
Aquellas historias que escuchamos de niños en el campo y el sonido onomatopéyico de ríos, vientos, truenos o lluvia reunidos en la poesía de Alida Castañeda.