Por si acaso no es una cantinflada.
Alejandro Tudela Chopitea
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Por si algo faltaba para calentar más el debate constitucional, ahora se suma la controversia sobre la renovación parcial de los magistrados del TC que el Congreso llevaría a cabo a troche y moche el lunes próximo. Al igual que en la polémica abierta por la reforma de la Carta para adelantar las elecciones generales, aquí también hay pareceres de todos los colores.
Empezamos por una suerte de petición de principio casi axiomático: el conflicto de los poderes políticos del Estado (vg. Ejecutivo y Congreso) ha llegado a tal gravedad o hastío que se resuelve mediante un acuerdo o pacto in extremis –que en el pasado tomó la forma de una Convención de Partidos y Régimen de Convivencia-, o a través del adelanto de las elecciones generales.
Es posible que desde la ciudad más romántica del mundo llegue la luz que ayude al país a salir del aberrante túnel político en que se encuentra atrapado. Claro está, ello requerirá que hasta octubre próximo el conflicto de poderes Ejecutivo vs. Congreso se mantenga –aunque sea- en una suerte de ‘statu quo’.
El ruego de la semana pasada sirvió de poco y el todavía nonato diálogo “bilateral” entre el jefe de Estado y el presidente del Congreso parece, hasta ahora, que no dará buen fruto.
Difícil saber si el presidente del Congreso se inspiró en este ruego litúrgico antes de tuitear su invitación al jefe de Estado para dialogar en la iglesia de San Francisco “a mitad de camino entre los dos poderes” (léase, Palacio de Gobierno y la sede del Parlamento).
Hace un par de semanas, sostuvimos que vista la crisis institucional que socava la gobernabilidad del país, el mal menor es el adelanto de las elecciones generales al 2020 propuesto por el Ejecutivo y sujeto a que se logre su aprobación conforme al artículo 206 de la Constitución.
El bolondrón originado por el Proyecto “Tía María”, más allá del controvertido cartel y responsabilidad que le cabe a la empresa minera, es la gota que colma el vaso de la incapacidad gubernamental para manejar y resolver los conflictos sociales. Evidencia ya había de que se actuaba con los pies más que con la cabeza.
El Primer Mandatario ha apelado al popular “sí se puede”, al espíritu de “desprendimiento” y al “diálogo alturado” entre las partes para sacar adelante el proyecto de recorte del mandato presidencial y congresal y de adelanto de elecciones generales anunciado ambiguamente al final de su último Mensaje a la Nación.
En 1945, el reconocido escritor británico George Orwell publicó su libro “Animal Farm”, una brillante alegoría satírica contra la ideología comunista en tiempos del opresivo régimen de Stalin y en la que los animales de una granja se rebelan y deponen al tiránico granjero para establecer una sociedad supuestamente ideal que termina luego siendo igualmente opresiva.
Producida la detención del expresidente Alejandro Toledo, varios medios anunciaron la cobertura televisada de la diligencia judicial en la que se decidiría sí seguía el proceso en libertad bajo fianza o apresado.
El titular no es exagerado. El sistema de justicia peruano está en un pozo y, para remate, Pozo es el apellido del enésimo reo prófugo debido a la crisis e incapacidad del propio sistema.
En medio del debate de la reforma política planteada por el Ejecutivo, destaca un tema crucial para demarcar de una vez por todas los límites de las atribuciones del sistema de justicia (Poder Judicial–PJ y Fiscalía de la Nación–FN) frente al Congreso. En pocas palabras: hasta dónde debe llegar cada uno en un Estado Democrático y Constitucional de Derecho.
Hace más de medio año EXPRESO difundió en una separata el acta del llamado “Acuerdo de Preparación y Colaboración de Odebrecht (OD) con la Fiscalía, la Procuraduría Pública ad hoc y el Ministerio de Justicia”. Al pie de la publicación se añadía: “Pacto corrupto al descubierto”.
Alguna vez escuchamos que no hay radical bueno salvo los radicales libres del mundo de la química. Quizá sea exagerado pero la verdad rara vez los extremismos son buenos consejeros. Y de eso ya tenemos demasiado en el país.
Hace más de veinticinco años escribimos el mismo titular para destacar el mayor reconocimiento internacional otorgado en vida a Francisco Miró Quesada Cantuarias (1918-2019), tío abuelo y Paco entrañable. Lo hicimos aprovechando que se encontraba en el extranjero y no al frente de la dirección del Suplemento Dominical que fundó, pues de lo contrario, hubiese impedido el elogio.
Parafraseando al gran Dickens, la aprobación de la cuestión de confianza abre la posibilidad para un mejor tiempo político y, si no, para más de lo mismo o peor.
Al borronear estos renglones no tenemos forma de anticipar el resultado de la cuestión de confianza (CDC) planteada al Congreso por el Ejecutivo. Sin embargo, valen un par de preguntas sin fácil respuesta.