100 días desastrosos
El gobierno de Pedro Castillo se impuso con fraude. Cada día transcurrido ha sido aciago y nefasto para el Perú. Sendero Luminoso infiltró el aparato del Estado vía Pedro Castillo. Cuenta con seis congresistas firmantes del Movadef.
Ha reconocido a la Fenatep, donde está Castillo, tiene dos partidos políticos activos y al ministro de Educación, pro-Movadef, quien está desmantelando la ley de carrera magisterial y propicia que maestros acusados de terrorismo puedan enseñar, algo que estaba prohibido.
El narcotráfico va en aumento y se quiere legalizar la hoja de coca. La inversión privada, esa que da trabajo, será cero en el 2022, aunque el ideologizado e inútil ministro de Economía se ufane absurdamente de lo bien que vamos. Nadie le cree, evidentemente. La actividad productiva vive bajo la amenaza de la barbarie y la violencia que quema lo que quiere y cuando quiere.
En esas algaradas se ha detectado la presencia del subversivo Movadef. El dólar subirá mientras Castillo siga en el poder. El gobernante se dedica a viajar, a ver a su familia, no declara, solo le interesa promover al Movadef.
Castillo cambió un premier ‘cerronista’ por una primera ministra, Mirtha Vásquez, del radical Frente Amplio. Hay un cogobierno entre el ‘neosenderismo’ y los antimineros.
Vásquez se presentó en el Congreso para obtener la confianza de su gabinete. Pasó raspando. Histriónica, con voz sufriente, pretendió ‘rapapolvearnos’ sobre lo malos que son todos los que critican a este gobierno de extrema izquierda.
Después de estos nefastos 100 días de gobierno resulta cínico que la Premier nos prometa un futuro diferente. Imposible creerle, más aún a ella que es antiminera hasta el tuétano. Tuvo el cuajo de insistir en que la violencia no deslegitima las propuestas, justificando la quema de instalaciones productivas. Vásquez es ignorante o tiene mala fe, acaso cree que habrá inversión minera para que vengan mafias a ‘ordeñar’ a la empresa cuando así lo determine gente violenta y politizada. Las Bambas es ejemplo claro de exacción permanente que no tiene cuándo acabar.
Dentro de su incompetencia, la Premier afirmó en el Congreso que están conversando con el Consorcio Camisea para masificar el gas. No hay derecho a que Vásquez reciba S/ 30,000 mensuales y que no sepa que esa empresa no tiene tal facultad. Que gobierne, que se entere de que los gobiernos regionales, sus votantes, principalmente los del sur, son un nido de corrupción. Ni lo menciona.
La Premier es comparsa en la legalización del terrorista Movadef. No se le mueve un pelo de su cuidado peinado cuando el ministro de Transportes quiere traerse abajo los organismos reguladores y pactar indebidamente en contra de los usuarios para evitar un paro. La confianza al gabinete fue magra. El gobierno está deslegitimado. Lástima que haya siempre grupos políticos que se comportan como mercaderes. Esto va para peor.
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