Con gran dosis de irresponsabilidad, el Congreso vacó a Dina Boluarte por no ser eficaz frente a la extorsión y a la criminalidad que asola nuestro país. Los grupos que respaldaron la gobernabilidad —como corresponde, luego de un régimen como el de Pedro Castillo— le jalaron la alfombra.
Mariella Balbi
La extorsión se volvió una epidemia irrefrenable en nuestro país. Ya ha cobrado más de 60 vidas y no parece tener fin. Este delito se ha visto “tecnificado” con la participación de delincuentes extranjeros, principalmente venezolanos. En el Perú, se ha convertido en extorsión hormiga: son muchos los afectados. El asesinato es prácticamente inmediato si la víctima se resiste.
En la década del 90, Alberto Fujimori era una opción totalmente nueva en política. Para diferenciarse, denominó a las organizaciones que ya habían gobernado: partidos tradicionales. Aludía al APRA —pese al apoyo en la campaña contra el FREDEMO en 1990—, Acción Popular (AP) y el Partido Popular Cristiano (PPC). Eran esos tres, básicamente.
Juan Javier Salazar, representativo pintor contemporáneo, murió joven (50 años), desafortunadamente. Su obsesión era el Perú y la sinuosa política nacional. Su obra característica es el cuadro “Perú, país del mañana”. Ahí aparecen pequeños retratos de nuestros gobernantes, desde San Martín a Fujimori, con viñetas diciendo: mañana, mañana, etc.
El Congreso es la institución más vapuleada y denigrada del país, el sentimiento nacional dirige su animadversión ahí. Para el peruano promedio, congresista es sinónimo de ‘comechado’, corrupto, funcionario que cobra sin trabajar. Lamentablemente, justos pagan por pecadores.
La crisis en la Fiscalía es de larga data. Desde que el ‘Lagarto’ Vizcarra metió sus garras en la institución, destituyendo al entonces fiscal de la Nación, Pedro Chávarry, y el fiscal supremo Pablo Sánchez entregara este importante organismo al IDL, va en declive. Mucho atropello y persecución ha corrido bajo el puente.
Juan José Santiváñez, recientemente nombrado ministro de Justicia (MINJUS), extitular del Ministerio del Interior (MININTER), censurado por el Congreso, regresó al gabinete conservando el papel de hombre fuerte del gobierno. Desde su ingreso a las altas esferas del poder ha sido una persona de total confianza de la presidenta Dina Boluarte.
Expreso señaló ayer las deficiencias en la investigación del asesinato de José Miguel Castro (de sobrenombre ‘Boudian’, estrecho colaborador de la exalcaldesa Susana Villarán). Muchos ciudadanos vemos espantados cómo la politización en el Ministerio Público llegó hasta el área de Medicina Legal y Ciencias Forenses.
Colombia y Perú comparten historia, cultura, fronteras y también la violencia. Cosa curiosa, un año después de que asumiera Pedro Castillo la presidencia del Perú (julio de 2021), Gustavo Petro ganó las elecciones colombianas. Ligados a la izquierda radical, Castillo, prosenderista, y Petro, exguerrillero del M-19, antisistema ambos.
Este Congreso está sumamente fragmentado. Actualmente alberga a 13 bancadas y no por razones de representación. Se ha ido canibalizando y puede llegar a más. En ese contexto, elegir una Mesa Directiva resulta una tarea sumamente difícil que exige los consensos más inverosímiles. A menudo esto es criticado, aunque los cuestionamientos no toman en cuenta la realpolitik.
El tradicional discurso ante el Congreso de la República por 28 de julio de la presidenta Dina Boluarte fue muy criticado. Se dijo que era excesivamente largo. Así fue, pero los mandatarios siempre son extensos en esas fechas. También se enjuició su falta de autocrítica. Los discursos patrios son más bien megalómanos, con falsas promesas de amor.
Imposible no escribir sobre la Fiscalía. El Ministerio Público (MP) se ha convertido en un pulpo que todo lo controla, un suprapoder. Nuestras instituciones están sometidas a sus frecuentes arbitrariedades y extorsiones.
El exjefe de la banda Los Pulpos salió en libertad luego de purgar 17 años de prisión, acogiéndose a los (dudosos) beneficios penitenciarios. Mató a su esposa y acompañante sin piedad. Además, dirigía la sanguinaria banda ‘Los Pulpos’, hoy a cargo de su hijo, por quien se ofrece S/ 500,000 de recompensa. El Poder Judicial lo soltó, dizque de acuerdo a ley.
Como la corrupción brasileña salpicó a todos los estamentos del Estado, el actual Tribunal Constitucional, máximo órgano jurídico en nuestro país, ha resuelto varios casos vinculados al escándalo Lava Jato.
La muerte de José Miguel Castro —exgerente municipal de Lima durante la gestión de la exalcaldesa Susana Villarán, su brazo derecho, receptor de coimas por $11 millones de dos empresas brasileñas para la revocatoria y la reelección (y sabe Dios qué más), acusado de desfalcar por S/ 20 millones a la Caja Municipal— nos dejó impávidos y sobrecogidos.
Durante 15 días de escándalo fiscal, la ciudadanía comprobó con estupor que el Ministerio Público (MP) y buena parte del Poder Judicial, Corte Suprema incluida, son una verdadera autarquía que ha hecho cera y pabilo del ordenamiento jurídico. Este oscuro poder desafía cualquier decisión legal que no le convenga. Es el mismo ‘estilacho’ que usó la primera Junta Nacional de Justicia.
Lavrenti Beria fue jefe de la policía secreta de Stalin, su mano derecha y asesina durante todo su gobierno. Las ejecuciones, violaciones y reclusión en campos de concentración durante este aciago período de la historia tenían el sello de Beria. Él era la ley y esta se acomodaba a sus oscuras directivas.
La presidenta Dina Boluarte pestañea y surge el grito de vacancia. La firma del Tratado de Altamar en Niza elevó el reclamo de vacancia a su máxima potencia, sin constatar que la rúbrica del Perú no afectaba en nada nuestra posición de las 200 millas territoriales. Además, el Congreso —que autorizó el periplo de la mandataria— tiene que ratificarlo.