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15 años sin Marco Antonio Corcuera

Fecha Publicación: 29/06/2024 - 20:40
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Gracias a él descubrí a Góngora y Quevedo. Con el poeta Luis Enrique Robles, mi primer hermano en la poesía, lo visitábamos casi todas las semanas. Yo crecí leyendo y admirando a Javier Heraud, a César Calvo, a Luis Hernández. Cuando llegué a Trujillo y me enteré que Juan Paredes Carbonell sería mi profesor, sentí que no serían tan graves las clases de derecho. Juan Paredes Carbonell obtuvo una mención honrosa en el Primer Concurso El Poeta Joven del Perú, la mítica convocatoria cuyo último Poeta Joven fue Alonso Paucardi Munguía, el 2020.

Cuando me instalé en Trujillo tenía 16 años, lo primero que hice fue buscar en las páginas blancas a Marco Antonio Corcuera, el legendario fundador de los Cuadernos Trimestrales de Poesía, apunté su teléfono y la dirección de su casa en Santa Inés. Yo estaba decidido a iniciar una vida de poeta y, por supuesto, tenía que conocer a los referentes históricos con quienes maduré, leyéndolos. Marco Antonio me recibió con su gesto patriarcal, me invitó a la biblioteca de su segundo piso y allí me habló con entusiasmo sobre el siglo de oro español, su predilección por el verso clásico, me obsequió su último libro: “Sonetos transitivos”. “Escribe, por lo menos, una línea al día: para un poeta no solo es suficiente su talento”, fue su primer consejo. Desde entonces no he dejado de escribir un solo día, convertí en mi máxima esos términos.

Cuando, año y medio después, fundé mi primer grupo literario, nos volvimos sus más devotos visitantes. El aura de los Cuadernos Trimestrales acompañó mi aprendizaje no solo literario: en la universidad, Marco Torres, hijo de Wilfredo Torres Ortega, fundador de los cuadernos, fue mi profesor de Derecho Penal, Horacio Alva, el histórico poeta trujillano, era primo de mi abuelo. Y César Calvo, Luis Hernández, Antonio Cillóniz, José Watanabe, Luis Eduardo García, David Novoa, Enrique Hulerig y Selenco Vega, son escritores a quienes debo mi persistencia en el oficio. Cuando Marco Antonio partió yo ya vivía en Lima, por eso mis viajes a Trujillo, perdieron su frecuencia. Sabía de él por Arturo, su hermano, quien se constituyó como mi más entrañable hermano mayor.

Marco Antonio Corcuera le dio a la capital de la primavera esa virtud de urbe culta: Marco Antonio fue su espíritu, su voz. Esta mañana he retornado a sus sonetos porque él sí tiene mucho que decir en nombre de la poesía. Falleció el 9 de septiembre del 2009. Quede esta columna en su homenaje.

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