53 Asamblea General de la OEA
Se inició la asamblea con la participación de los representantes de las organizaciones civiles organizadas de los países miembros, siendo una constante la reivindicación por la defensa de los Derechos Humanos, la defensa del medioambiente, la baja o nula participación de la sociedad en la generación de las normas que la regulan, por la igualdad de género, la defensa de los partidos políticos, el rechazo por la represión del Estado en contra de la población que protesta por sus derechos.
Sin embargo, debo hacer mención que también hubo voces, pocas, pero potentes, que se manifestaron en contra de la agenda progresista; en contra del discurso de género sin rumbo; en contra de la postura parcializada de la Organización de los Estados Americanos -OEA respaldando los discursos de odio de parte de los gobiernos socialistas (se entiende), tal como ocurre en el Perú.
Reitero, fue interesante escuchar voces potentes en contra de la persecución de pensamientos en contra de los regímenes radicales de izquierda, quienes ven como enemigos a los que no piensan como éstos y, que la OEA, abiertamente, apoya institucionalmente.
Entonces, estando presente en la 53 Asamblea General de la OEA, celebrándose en Washington DC, percibo que la agenda de esta organización está ideologizada, sirviendo de caja de resonancia internacional, utilizando el paragua discursivo de la promoción de los Derechos Humanos, lucha contra la desigualdad, la inclusión, el tránsito de la informalidad hacia la formalidad, mejoramiento de las condiciones laborares, la despenalización de la toma de los espacios públicos y de las protestas sociales, por la ciudadanía plena de los afrodescendientes históricamente excluidas, en contra del racismo sistémicos.
Sin embargo, si en algo debo hacer hincapié, aunque sólo fue una voz, es lo referido a la defensa de los partidos políticos, lo cual no tendría mayor relevancia, de no ser que quien lo hizo fue una representante de una organización civil, la cual claramente está a favor y en defensa de la despenalización de las protestas sociales, de que se otorguen mayores ventajas y promoción de políticas públicas a favor de los informales, a quienes se debía apoyar para su formalización.
La impresión que me deja esto último es que, a través de los gobiernos de izquierda, que ahora son mayoría en la región, es que se estaría promoviendo la constitución de partidos políticos de izquierda, lo cual va en línea con los postulados de la izquierda del Siglo XXI, que reitera, que insiste en que las revoluciones ya no serán utilizando las armas, sino a través de poder político, el cual tomarán a través de la participación activa del sistema de partidos y el sistema electoral.
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