¡Acusación constitucional e inhabilitación a Zoraida Ávalos!

Tenemos un desastre institucional en la patria y vivimos bajo un ataque permanente de lo que queda aún en pie: básicamente debilitar o cerrar el Congreso de la República, expresión de la voluntad popular por excelencia. En buena medida un conjunto de poderes fácticos hace un tiempo pretenden comandar los destinos del país sin que desde la política se les pueda enmendar la plana.

Algunos esquemas oligopólicos, redes de una pseudo “sociedad civil” y mafias de todo tamaño y procedencia regional y limeña se han coaligado para este fin. Son responsables del cierre inconstitucional del Congreso el 30/09/2019 y ahora parecen volver a la carga. Paralelamente -y por culpa de los antes descritos- han surgido expresiones ultrarradicales que también han puesto en su mira al Parlamento en particular, pero a la democracia en general.

Un signo de este desolador panorama es que el sistema justicia está influenciado por parte de los grupos mencionados líneas arriba. Algunos de estos forcejeos han determinado que en el TC tengamos 5 magistrados con mandato vencido; una Junta Nacional de Justicia que ha cohabitado con la inconstitucionalidad manifiesta; un Poder Judicial con una parte de sus magistrados sin nombrar; un Jurado Nacional de Elecciones de terror y una Fiscalía convertida en aparato de intimidación contra los enemigos del establishment.

Sin duda el Ministerio Público es un ejemplo bastante elocuente de esto. Debiera declararse su reorganización total. En el seno del mismo se ha librado una suerte de batalla campal en la que dos sectores se enfrentaron con el resultado de la victoria total del bando representado en Pablo Sánchez y Zoraida Ávalos, siendo los otros fiscales supremos destituidos. Además de sectores vinculados con la izquierda marxista limeña elitista también parece ser que Vizcarra tiene una buena conexión con los vencedores.

Zoraida Ávalos -la fiscal de la Nación- blindó de una manera abierta y desvergonzada al entonces presidente Martín Vizcarra cuando ya las pruebas contra él eran abundantes y clamorosas. Hoy continúa exactamente el mismo camino y libreto y no actúa frente a todo lo que está ocurriendo con Castillo; a pesar de que el chotano ya cuenta con un rosario de temas por los que tendría que responder. No es difícil prever que la actitud de Ávalos no mejorará, quizás hasta se agrave con el pasar de los meses puesto que parece muy comprometida con la estrategia vizcarrista de sostenimiento y encubrimiento de Castillo.

La representación parlamentaria democrática debe entender que además de la vacancia -y quizás antes que ésta- hay otras luchas estratégicas para la salud institucional del Perú; una de ellas es la inhabilitación de Zoraida -y también de Pablo Sánchez- del Ministerio Público. Sin esto cualquier batalla democrática o contra la megacorrupción tendrá un muro de contención gigantesco. Ello, junto a la reorganización de la JNJ, del JNE y elegir a los miembros del TC son cuestiones claves ineludibles.

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