Am Israel Jai, el pueblo de Israel vive
El mundo tiene que hacer un acto de contrición y embarcarse en un activo propósito de enmienda para respaldar al pueblo hebreo, abjurando de la perversa ola de antisemitismo que se ha instalado en gran parte del planeta.
Hace un año, el 7 de octubre de 2023, a las 6:30 a. m., terroristas de Hamás cruzaron la frontera que divide al país de la Franja de Gaza, matando a 1,200 judíos y secuestrando a unos 240.
Familias enteras fueron masacradas en minutos. Asistentes al festival de música Nova, miembros de kibutz, aldeanos y habitantes de la ciudad fronteriza fueron arrasados; perecieron desde niños de cuna hasta sus abuelos. Las víctimas más jóvenes tenían menos de un año y las mayores más de 80. Innumerables videos dan cuenta de cómo, bajo el grito salvaje de “Allahu Akbar” (Alá es grande), mataron a inocentes, disparándoles a quemarropa, abusando sexualmente de ellos, desmembrándolos, quemándolos vivos y hasta encerrándolos en jaulas para animales.
El espanto y el dolor profundo de las familias, la nación y la parte sana y decente de la humanidad no termina. Aún hoy, más de un centenar de rehenes permanece cautivo, pero el pueblo judío no ha aceptado que se repita mansamente el Holocausto que cobró la vida de seis millones de personas bajo la perversidad nazi.
Con la premisa de “nunca más”, las tropas israelíes luchan en este momento en siete frentes de batalla: Gaza, la frontera jordana, Líbano, Siria, Yemen del Sur, Irak e Irán. El objetivo es claro: no se permitirá que Irán literalmente destruya a Israel utilizando a sus “proxys” terroristas. Esta es la batalla final por la supervivencia del pueblo judío, el mismo que construyó su patria fácticamente hace tres mil años y jurídicamente en 1948.
Sí, la lucha arriesga una conflagración de gran escala y hasta una guerra mundial. Se desarrolla en medio del antisemitismo y antisionismo más asqueroso de quienes no entienden que jamás existió una Palestina libre; a pesar del escaso apoyo de potencias como Francia y España; en medio de agravios como los de Brasil, Colombia y México y votos erráticos como el del Perú, que extrañamente apoya a Irán en la ONU. Pero es inevitable, el león judío seguirá luchando hasta triunfar, y al final Occidente tendrá que agradecerle por su supervivencia frente a las hordas del Islam. Por eso, repitamos: “Am Israel Jai” (El pueblo de Israel vive).
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