Apra: Paz con Justicia Social
La vuelta a la legalidad del partido de Haya de la Torre es un hecho inminente. Las dos absurdas tachas presentadas contra nuestra inscripción no aportan elementos coherentes ni contundentes como para ser atendibles. Una de ellas, la realizada por el marxista radical Raúl Noblecilla -ex abogado del golpista Pedro Castillo y entusiasta seguidor de Evo Morales- da cuenta del temor de los ultras frente a la vuelta del Apra. Si la autoridad electoral las desestima veremos si apelarán. En todo caso estamos seguros desde Alfonso Ugarte que el pleno del JNE -a pesar de Salas Arenas- sentenciará en definitiva nuestro regreso al registro de organizaciones políticas.
Es un primer hito importante, pero sólo el primer paso. Luego debemos definir: después de la inscripción, ¿qué? Y ello versa definitivamente sobre el mensaje que debe dar la estrella a las mayorías nacionales La construcción de una agenda social es una tarea que viene despertando muchos ánimos positivos a lo largo de comités de Lima y en las regiones. En Lima, junto con Fernando Lindo de Miraflores hemos realizado con éxito tres sesiones presenciales: agenda social laboral, agenda social de la mipyme y la última: agenda social de la salud pública, en la que expusieron los médicos Félix Ortega, expresidente de EsSalud y Walter Navarro. Digitalmente hemos llevado a cabo con el profesor universitario arequipeño, radicado en Buenos Aires, José Mario Azalde, sesiones alrededor de tres regiones: Cusco, Arequipa y Puno, pronto seguiremos con Ayacucho e Ica. Todas estas jornadas con importantes reflexiones e ideas sectoriales y territoriales. Sin embargo debemos buscar un gorro de rápida recordación en la gente que detalle el mensaje del aprismo en estos tiempos.
Pienso que en estos momentos convulsos para el Perú, frente a un Parlamento insensible al ánimo popular y frente a un Gobierno sin mayor esquema que la pacificación del país sin plan de emergencia social, urge que el PAP plantee la máxima de “Paz con Justicia Social”. Frase que permite además explicar rápidamente que significa la utopía aprista hoy y que nos facilita la diferenciación con otras corrientes. Y es que la izquierda marxista radical no cree ni quiere paz en el país de ninguna manera. Está detrás no de la protesta social, cuestión que es un derecho, sino de los grupos más radicales que se concentran en objetivos estratégicos como aeropuertos y vías vitales para el tránsito nacional y buscan agudizar la crisis y alentar el caos y el vandalismo. Pero también nos permite la distancia con la derecha que en el Perú no le gusta hablar de la justicia social ni cree en reformas casi de ningún tipo y que cree que la Constitución de 1993 está casi escrita en piedra.
El aprismo plantea que es posible construir la paz en el país con un esquema de reformas y de justicia social. Cree en que el orden no significa negar que existe una gran agenda social no atendida alrededor del apoyo al agro, a la formalización de la pequeña minería, de la pesca artesanal del transporte menor, de la necesidad de frenar los abusos de posición de dominio del oligopolio financiero o del costo de los medicamentos o del esquema previsional.
El Apra está en la capacidad de formular un plan de emergencia social para estos momentos, acompañado de un fortalecimiento de la seguridad y el orden interno. “Paz con Justicia Social” debe ser el mensaje que el Apra de Haya de la Torre debe enarbolar, en el mes de la fraternidad, del aniversario del nacimiento del peruano más ilustre del siglo XX.
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