Arequipa y cumbre de la lengua: homenaje a Mario Vargas Llosa
Arequipa, Patrimonio Cultural de la Humanidad de la Unesco y ciudad natal de Mario Vargas Llosa (1936-2025), será el escenario ideal, del 14 al 17 de octubre próximo, del décimo Congreso Internacional de la Lengua Española (CILE). Este evento de gran trascendencia para 600 millones de personas de habla hispana, será inaugurado por el rey Felipe VI. El encuentro convoca a 250 conferenciantes.
Revelando su entrañable admiración por la Ciudad Blanca, fue precisamente nuestro Premio Nobel quien, antes de fallecer, planteó a los organizadores que el evento se celebrara en su ciudad natal. Los organizadores aprobaron póstumamente su pedido. Le homenajearán el 14 de octubre con ponencias sobre la grandiosidad de sus novelas, la calidad de sus ensayos, la posición política abogando por la democracia y su vocación periodística.
Lo conocí en el Colegio Militar Leoncio Prado. En 1950, él cursaba el tercero de secundaria y yo el cuarto año. A diferencia de otros cadetes, él exponía cordialidad, cultura y amenas charlas que seguíamos con especial interés. Pasaron décadas y volvimos a reencontrarnos en la campaña presidencial y parlamentaria de 1990. Como escritor e intelectual global ya estaba consagrado y sus libros leídos en el mundo. Como político se estrenaba en una confrontación electoral.
Por ese tiempo, el Foreign Office me invitó a visitar Inglaterra y asistir al ciclo de conferencias en la Universidad de Oxford, a cargo de la doctora en economía Rosemary Thorp, autora de libros sobre política económica peruana. En otro momento, y compartiendo un almuerzo en el Palacio de Buckingham con tres diputados de la Cámara de los Comunes, se extrañaron por la actitud de Vargas Llosa de querer renunciar.
Dijeron: “¿Cómo permiten que renuncie a la candidatura presidencial? Aquí, cuando viene el escritor, lo primero que hace Margaret Thatcher es posar para la foto junto a Vargas Llosa. ¿Se dan cuenta de que para Perú él tiene una llave de oro, la influencia de la primera ministra?”. Vargas Llosa ya trascendía en el mundo de la política.
Sus últimos días vivió en Perú y con nostalgia visitaba los escenarios que inspiraron sus novelas: el Colegio Militar Leoncio Prado, que insufló La ciudad y los perros; y el bar La Catedral, que inspiró la formidable novela Conversación en la Catedral, cuyo protagonista, el periodista Zavalita, consagró la oración casi ecuménica y también utilizada más allá de nuestras fronteras: “¿Cuándo se jodió el Perú?”.
La prosa vargasllosiana expresa lo que fue su autor: emocionada, equilibrada, transparente y cristalina, por lo que sus páginas y alocuciones tienen un sello especial. Ellas resaltan un temperamento en la defensa de la libertad y la democracia, en el combate a las dictaduras y autocracias. Para él no hay gobierno fuerte: todos son repudiables.
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