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Arrugar y zafar el cuerpo no aplica

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Fecha Publicación: 14/11/2021 - 21:20
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Según la RAE abstención significa “… acto mediante el cual la autoridad o el funcionario llamado a resolver un asunto se aparta de su conocimiento por tener alguna relación con el objeto de aquel o con las partes que intervienen” Sin embargo, el derecho parlamentario peruano, hablando en criollo, lo relaciona a la actitud que tiene un parlamentario o grupo de parlamentarios para “zafar el cuerpo” y no comprometerse con alguna cuestión puesta al voto, como un proyecto de ley o cualquier asunto político por el que no quieren asumir responsabilidades.

Es cierto que el reglamento del Congreso establece que existen tres clases de votos; a favor, en contra y abstenciones, pero esta última ha traído demasiados problemas políticos en el parlamento sobre todo cuando se han tratado temas cruciales para la república y dando pie para crear espacios para la no siempre buena negociación política.

La sesión pasada el pleno dejó de admitir a debate una moción de interpelación para el ministro de transportes, por su postura antirreforma ante la crisis de su sector, a raíz de las abstenciones de los grupos parlamentarios Fujimorista, Acción Popular y algunos parlamentarios de las bancadas de Perú Libre, Renovación Popular y no agrupados, generándoles una pésima percepción ante gran parte de la opinión pública. Lo mismo hemos visto en las Cuestiones de Confianza votadas últimamente por otras agrupaciones políticas donde la abstención forma parte del cálculo político.

Creo que el Congreso debe evaluar la continuidad de las abstenciones. La población espera del parlamento definiciones claras y no tibias. La abstención es un derecho o invitación que el reglamento le otorga a los parlamentarios para que no decidan y ello va contra las expectativas que tiene la población, máxime cuando los parlamentarios no dan ningún tipo de explicación de las razones de su postura y obligan a la población a sacar sus propias conclusiones generando pésimas percepciones que van contra la imagen del Congreso. Quizás también esta sea una de las tantas causas que tiene la población para desaprobar permanentemente al parlamento.

Debemos tener en cuenta que el Reglamento de las Cámaras Legislativas de 1853 no contemplaba la abstención y es a partir de la década de los ochenta que la Cámara de Diputados lo incorpora.

Sería conveniente que el Congreso evaluara la posibilidad de eliminar la abstención de su reglamento ya que en estos tiempos el “arrugar” o el “zafar el cuerpo” políticamente no aplica.

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