El Congreso, una vez más, actuó en la solución de la crisis política, pero empujado por la era electoral que ya inició. No soy de los que creen que la vacancia presidencial era la solución al problema de inseguridad que vivimos. Hoy sábado la inseguridad sigue y, seguramente, continuará por algún tiempo más.
José Cevasco
Nos sorprendió a todos la noticia donde el Segundo Juzgado Constitucional Transitorio declaró fundada la demanda presentada por el expresidente Pedro Castillo contra el Congreso de la República, ordenando que se le otorgue una pensión vitalicia y, además, los beneficios administrativos que otorga el Congreso, como un trabajador técnico y otro auxiliar.
Durante los 80, al iniciar mi andar por el Congreso, era común escuchar la frase “no se ajusta al reglamento”, en clara alusión a la importancia de respetar las normas en las decisiones políticas que se tomaban en el Pleno o en las comisiones. Los funcionarios del Congreso eran celosos guardianes de la aplicación de las normas reglamentarias.
Como todos los peruanos, sentí gran decepción de nuestro equipo nacional de fútbol por no asistir al Mundial y recordé con nostalgia el 2018, cuando después de 30 años pudimos hacerlo. Muchos comentaristas deportivos hablan de ello, pero no del gestor Edwin Oviedo, quien con sus 44 años tuvo la visión de contratar al profesor Ricardo Gareca.
Hace unas semanas, en este mismo espacio, me pronuncié sobre la modificación del reglamento del Congreso que permite que los parlamentarios puedan hacer proselitismo político y divulgar aspectos programáticos, ideológicos y partidarios, y eso está bien.
Somos partícipes del mundial del desayuno organizado por Ibai Llanos, un creador de contenidos en TikTok que tiene más de 25 millones de seguidores y que ha despertado el interés de millones de peruanos, incluyendo políticos, artistas, comentaristas e, inclusive, el mío.
Uno de los aspectos básicos en todo sistema político son los partidos políticos, es decir, que si alguien quiere participar en política, anhela ser parlamentario o presidente de la República, alcalde o gobernador regional de su país, debe iniciarse en los partidos políticos.
El debate sobre los reglamentos del Senado, la Cámara de Diputados y del Congreso, que actualmente está en curso, podría terminar en saco roto, porque el Congreso bicameral tendrá toda la autonomía para aprobar sus propias reglas de funcionamiento.
Durante la semana que termina, la noticia política ha sido la detención preventiva del expresidente Martín Vizcarra, cuya conducta política ha sido criticada por varios motivos.
No son pocos los líderes políticos que han utilizado el nacionalismo para ganar popularidad y consolidar su poder. En el siglo XX, Benito Mussolini enfatizó un fuerte nacionalismo italiano, exaltando la identidad para movilizar y unificar a la población.
Hoy sábado vence el plazo para que los partidos políticos formen alianzas para las elecciones del 2026. En teoría, esto es beneficioso, ya que la unión de los partidos busca evitar la dispersión del voto tanto para los candidatos a la presidencia como para los postulantes al Congreso.
Entramos al último año de la unicameralidad con la elección de la Mesa Directiva, la cual tendrá como principal reto la recuperación de la imagen del Congreso. Esto no será tarea fácil por diversas razones.
El 10 de julio, el Ministerio de Defensa publicó el proyecto de Decreto Supremo que aprueba el Reglamento de la Ley N.º 32251, ley que unifica y armoniza la regulación de los símbolos de la patria, símbolos del Estado y emblemas nacionales, con el propósito de recibir opiniones de la población, y eso está bien.
“Y se escuchaban voces del más allá”. Es una frase muy común cuando vemos sesiones de espiritismo por televisión, pero en el caso de nuestra columna de hoy, también la podemos usar para referirnos a las sesiones virtuales que realizan las Comisiones y, además, a las del pleno del Congreso.
El jueves pasado tuve la ocasión de presentar el libro ¿Por qué perdiste? de Diethell Columbus en The Black House, un pub en el distrito de Miraflores, hecho para los que nos gusta la política.
Hace unos días, el presidente del Congreso, el Dr. Eduardo Salhuana, afirmó que el Congreso de la República es una de las instituciones más transparentes que existen en el país, y no ha mentido.
En este mismo espacio, hace unos meses, reflexioné sobre la necesidad de que el Congreso creara un grupo de trabajo especial para encargarse de la implementación de todo lo necesario para el funcionamiento del Congreso bicameral. Esta reflexión se basaba en que quienes conforman el Servicio Parlamentario no podrían hacerlo, ya que la carga laboral del día a día simplemente los sobrepasaría.
La dinámica del funcionamiento del Congreso es compleja, especialmente en el contexto actual, donde su característica principal es la fragmentación extrema, con 13 grupos parlamentarios.