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Auténticos decadentes

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Fecha Publicación: 14/08/2021 - 20:57
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La progresía es responsable de la decadencia que nos rodea. Desprecian el esplendor de la civilización occidental. Son incapaces de generar un pensamiento propio capaz de insertarse en lo que ha sido el devenir de la historia social, política y económica de la humanidad. Buscan romper la continuidad con el pasado y comenzar todo nuevamente, y eso –como lo señala Ortega y Gasser en ‘La rebelión de las masas’– es simplemente “aspirar a descender y plagiar al orangután”.
Se ofenden por lo que al supuesto aludido no le inmuta y estallan en manifestaciones, desmanes y griterías para defender a quien no lo necesita ni se los ha pedido, porque simplemente no es un tribal débil de espíritu, sino un ser individual y sólido. La progresía profesa el correctismo político que consiste en reemplazar la verdad, la realidad social y biológica y toda creación humana y humanizadora. Confunden a los pequeños y adolescentes pretendiendo inculcarles que el género no lo determina la biología sino su sentimiento, que no son necesariamente hombres ni mujeres. Creen que un mundo mejor es aquél donde la vida es descartable (mediante aborto o eutanasia) y las drogas recreativas están al alcance de todos. Para estos el insumo principal de la cocaína, la hoja de coca, es “sagrada”, olvidando que los incas la utilizaban para explotar a las castas bajas, dándoles vigor para el trabajo arduo sin necesidad de alimentarlas. En su mundo imaginario solo ellos son buenos por eso dividen, polarizan y destruyen lo que nos une y articula como nación: el español, por ejemplo, hablado durante 500 años en este suelo nuestro y el cristianismo que nos integra a occidente.
La nueva víctima de la lacra globalista es el ajedrez, “uno de los medios que tenemos para salvar la cultura, como el latín, el estudio de las humanidades, la lectura de los clásicos, las leyes de la versificación, la ética”, según el gran Borges; o sea nada de importancia en progresilandia. Consideran que este juego de estrategia es racista porque hay piezas blancas y negras, y las blancas abren siempre la partida; también que es heteropatriarcal, machista y monárquico (porque el rey es la pieza más importante y con la reina debe trabajar para protegerlo); capitalista (porque sacrifica a sus peones) y antianimalista (porque pobrecitos los caballitos).
Por el progresismo, HBO Max retiró de su catálogo ‘Lo que el viento se llevó’ (1939) joya cinematográfica que narra la fortaleza de una mujer blanca durante la Guerra Civil. Una película ganadora de diez Oscar, una de ellas para Hattie McDaniel, la primera negra en recibir ese galardón. La película está basada en la novela de Margaret Michel, ganadora del Pulitzer en 1937. Cuestionan al príncipe que despertó a Blanca Nieves con un beso porque “no fue consentido”. Votaron por el comunista Castillo porque “Keiko no va”. ¡Insoportables!