Barómetro de la capacidad moral
Sorprende que algunos políticos en el Congreso hayan invocado la falta de capacidad moral para gobernar de algunos expresidentes de la República y terminen apoyando la permanencia en la Presidencia de una persona que ha demostrado adolecer de falta de capacidad moral para dirigir los destinos de la nación.
¿Cuál es la forma en que miden la capacidad moral de un gobernante? Si analizamos sus criterios demostrados en actos y declaraciones públicas, para mantener en el poder de gobernar la nación a Dina Boluarte, podremos llegar a la respuesta:
1. La vida importa si favorece a mi posición política.
2. La Constitución debe respetarse hasta donde no me permite hacer los trabajos sucios contra mis opositores políticos.
3. La ley es la ley, hasta que necesito deshacerme de mis opositores, en donde puedo transgredirla, simulando aplicar la ley.
4. Los principios y valores que postulo son aplicables cuando favorecen a mis fines políticos.
5. El pueblo sirve para emitir votos, no se le puede permitir tener acción política en contra de mis intereses.
6. Defiendo los derechos humanos, pero no existen cuando hay que reprimir a la población que es adversa a mis intereses políticos.
7. La protesta popular adversa hay que reprimirla con toda la fuerza, amedrentando a los manifestantes con lesiones y muertes, penalizando sus demandas y encarcelando a sus líderes.
8. Tengo compromisos económicos y permanecer en mi cargo hasta el 2026 depende que la Presidenta también se mantenga en el suyo.
9. Desacreditar a mis opositores es una práctica política válida.
10. Postulo luchar contra la corrupción en tanto favorezca a mis intereses.
Por lo que la respuesta es evidente, no puede evaluar capacidad moral, el que no la tiene para ejercer el cargo que le confirió la nación, y que en su ejercicio político demuestra déficit de valoración moral de las cosas. Lo que demuestra que no tienen ninguna forma objetiva de evaluar la capacidad moral de un Presidente, y que el barómetro de medición de la capacidad moral que aplican es sólo el de sus intereses.
Se ha abierto la peligrosa caja de Pandora, que creíamos cerrada, luego de recuperada la democracia en el 2000, vuelven los falsos demócratas que invocan el Orden Constitucional, la Democracia y la Paz en tanto montan una soterrada tiranía.
La libertad que anhela el Perú ahora tiene que enfrentar, además de la colonización extranjera, a la izquierda destructiva, y a una ultraderecha que destruye disfrazada de falsa santidad.
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