Bienvenida APEC
La última reunión de la APEC en el Perú fue en 2016, durante el gobierno de Ollanta Humala. La empresa brasileña OAS construyó “a la prepo” un Centro de Convenciones para tan importante evento. Su costo final sobrepasó el presupuesto proyectado y no puede utilizarse. Un elefante blanco en nuestra historia. Las columnas de acero aparecen en medio de las oficinas. Son inusables. Hoy Ollanta Humala, Nadine Heredia y otros altos funcionarios de la época están enjuiciados por presuntas irregularidades en la concesión, favoreciendo a OAS en la licitación. En suma, por corrupción. La Procuraduría ha pedido una reparación civil de $114 millones. El juicio de Humala probablemente hará que el exmandatario y su esposa terminen en la cárcel.
Las circunstancias de la APEC del 2024 son distintas, afortunadamente, aunque no totalmente óptimas. Un sindicato de los controladores aéreos anunció una huelga desde el 10 al 16 de noviembre, fecha en la que se desarrollará la APEC. El gobierno logró apagar el incendio y se llegó a un acuerdo con este gremio. Pero los transportistas ligados al “Lagarto Vizcarra” —quien también afronta un juicio por corrupción durante su gestión como gobernador de Moquegua— anunciaron un paro para perturbar la APEC. Las reivindicaciones planteadas son políticas: derogatoria de una ley sobre seguridad ciudadana, que ya fue modificada, y la renuncia, nada más y nada menos, de la presidenta Dina Boluarte. Incluye a la CGTP. Con sensatez, los transportistas formales (corredores, Metropolitano, líneas autorizadas) han mostrado su rechazo a esta medida de fuerza. Sin embargo, a la paralización se han plegado perro, pericote y gato del sector de ultraizquierda y de la izquierda progresista, hoy llamada “woke” o “wokismo” en EE. UU.
Nos visitarán 14 presidentes de las 21 economías que integran la APEC, cuyo objetivo es promover el crecimiento económico y el bienestar a partir de la liberalización del comercio y la inversión en la región de Asia-Pacífico. Un grupo potente en todos los sentidos. La vitrina presidencial será “hollywudense”. El Perú recibirá a los mandatarios de China, Xi Jinping, EE. UU., Joe Biden, Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, también a los de Corea, Singapur, Vietnam, Malasia, entre otros. Lima, Cusco, Arequipa, Trujillo y Pucallpa serán las sedes de las más de 160 reuniones que conforman el Foro Asia-Pacífico. Hasta el más limitado puede entender la importancia y la magnitud de este gran evento. Esas regiones vigorizarán el comercio y el turismo, con todas las bondades que esta actividad conlleva. Mención aparte merece la inauguración del megapuerto de Chancay, inversión china. A futuro, este puerto dinamizará enormemente nuestro comercio.
Es obvia la trascendencia de la APEC. Qué destino el del Perú, que tan importante foro se pueda ver manchado por un grupúsculo minúsculo de transportistas, sindicalistas y quienes protestan por los más de 50 muertos en la asonada del 2022-2023, provocada por los sectores radicales y que se la achacan al gobierno. Son pocos, pero son muy violentos y destructivos. Afortunadamente, los escolares tendrán clases virtuales y estarán resguardados de la virulencia social. En otras cumbres internacionales se ven protestas intensas, aunque no buscan tumbarse al gobierno como pretende este sector radical. Impedir que la violencia, el ataque artero, la destrucción afecte a la APEC es una obligación que nos compete a todos.
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