Bolívar el notable político

“Yo no he hecho más que dos cosas: pelear y dar algunas ideas de legislación”, escribió el 23 de junio el Libertador Simón Bolívar en carta a Francisco de Paula Santander, cuando sus visiones políticas habían empezado a separarles. Bolívar no fue un simple guerrero, fue un pensador que desde pequeño se nutrió de las ideas de la ilustración, gracias a quien fue la figura más importante en sus años de formación y en su vida, su maestro Simón Rodríguez.

Bolívar empieza a escalar la alta cima de su pensamiento a los 16 años, cuando viajó a Europa para culminar sus estudios. Las sucesivas visitas a las grandes potencias de occidente: España, Francia, Italia, Inglaterra y Estados Unidos lo inundó de diversas ideologías que fueron forjando un pensamiento político propio. En sus tres viajes, Bolívar el político, el intelectual republicano comprendió la revolución para alcanzar la libertad. Y en el monte sacro de Roma juró la ruptura con España.

En su libro ‘En busca de Bolívar’, William Ospina, escribe “Prefirió recorrer América como nadie la recorrió jamás, y prefirió una hazaña todavía más compleja, la de inventar América: avanzar despertando naciones, amasando repúblicas, sembrando instituciones; luchar por darles un lugar en el mundo a pueblos que apenas se estaban descubriendo a sí mismos”. Bolívar creó nuestra América y no solo con batallas.

Asilado en Jamaica tras la derrota de la primera república de Venezuela, Bolívar plasmó parte de su proyecto constitucional asociado a una revolución continental en su ‘Carta de Jamaica’. Ya para entonces veía necesario una visión continental, una apertura al mundo, la rebelión de los criollos, de los patriotas de la América española y continuar la lucha por la independencia, dado que rara vez la desesperación no termina en victoria. Hoy esa desesperación liberara a Venezuela del yugo del bolivarianismo, interpretado en la dimensión de la estupidez del elegido de Fidel, el difunto Chávez y ahora del ignorante Maduro, hijo de Colombia y padre judío sefardí, un comunista que adoctrinó al hoy narco-tirano llevándolo a revueltas en vez de a la escuela.

Alan García dijo que la figura del Simón Bolívar está “secuestrada por una dictadura totalitaria, por una mafia de cuartel y de ignorancia que sin haber leído su pensamiento lo repite, lo desfigura y lo caricaturiza” y que debíamos “descenderlo de la cruz chavista a donde ha sido crucificado por quienes traicionan su pensamiento”.

Para Bolívar la Patria Grande no fue nunca una sucesión de naciones socialistas, como dice el narco bestia Maduro, sino la idea tomada de Miranda en el Congreso de Angostura cuando se creó Colombia –incluyendo a varios países de la región–; un Estado grande, un poder central vigoroso, participación popular restringida (la meritocracia que tanto clamamos). Esa es la Patria Grande, que hoy construimos con tratados.

Maduro para Bolívar, sería apenas el mata pulgas de su hermoso perro Nevado, que en tantas batallas le acompañó.

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