Boluarte y el Congreso: «Sobrevivencia cruzada»
Cuando Boluarte asumía la presidencia, luego del fracaso del golpe de Estado de Castillo, tuvo ante sí la posibilidad de entender que podía encabezar una transición democrática y preparar el camino para que una conducción electa en las urnas reciba un país menos polarizado. Sin embargo no sólo ella rechazó esa oportunidad histórica sino que el Congreso, que podía ser recordado por hacer las reformas necesarias para la vuelta de la salud institucional del Perú -luego del desastre de Castillo y de Vizcarra- y generar un paquete normativo social, optó por buscar los mecanismos para llegar bajo cualquier precio hasta el 2026. Curiosa e irónicamente al contrario de lo que sucedió en Ecuador con la famosa “muerte cruzada”, aquí vivimos una decadente “sobrevivencia cruzada”.
Este matrimonio extraño resulta inconveniente para ambos a decir verdad. El Parlamento aparece como sin voluntad de fiscalización y crece en rechazo. El Ejecutivo captura el desgaste de un Parlamento dominado por Fuerza Popular y la izquierda marxista con una aprobación ciudadana mínima; pasivo que la alcanzará a Boluarte. Es el concierto de autodestrucción perfecto para ambos.
Una perspectiva de crítica y propuesta de la oposición democrática no parlamentaria frente a Boluarte, así como un deslinde con el Congreso es más que necesario y urgente.
De continuar el curso de los acontecimientos, sin un discurso público de propuesta y alejado de ambos poderes del Estado el descontento nacional y las demandas acumuladas -sobre todo en el Sur andino- crecerán a tal punto que lo que enfrentaremos en las urnas en 2026 podría ser un populismo antidemocrático muy potente.
Una esperanza para la patria son sin duda los llamados “partidos historicos”. El aprismo recientemente reinscrito y trabajando sus propuestas de cambio social democrático, como la “agenda social”, y también el PPC, que viene recolectando sus afiliaciones y que desde esta tribuna democrática les deseo una pronta reinscripción. La política necesita organizaciones con ideología, programa y militantes reales.
Finalmente debo mencionar que en el punto específico de facultar la posibilidad de que Boluarte salga del país el Parlamento no se estaría equivocando pues el aislamiento del Perú en el espacio internacional es muy grave y no es irracional pensar que ello se puede atenuar con la presencia de la Presidenta en foros y cumbres importantes.
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