Buscando a Juan el Bautista

Al parecer, algunas bancadas pretenden levantar la imagen del Congreso buscando a un “Juan el Bautista”, es decir, tratando de cortar la cabeza de algún ministro de Estado; primero al ministro de Defensa, luego al de Energía y Minas, y ahora al ministro del Interior.

Algunos congresistas no reparan que la imagen negativa del Congreso recae sobre la conducta individual de los parlamentarios y se equivocan si piensan que podrán levantarla realizando acciones de control muy mal planteadas contra el Poder Ejecutivo u otras instituciones con rango constitucional.

El reglamento del Congreso desarrolla la forma de aplicar el control político y establece un procedimiento que descansa sobre la base de la importancia de los hechos que se pretende controlar.
Si el Congreso desea generar empatía con la ciudadanía, debe aplicar una estrategia escalonada de control político para ir generando percepciones positivas ante la población. Mal hace el Congreso interpelando ministros y presentando mociones de censura, como por ejemplo la del ministro de Energía y Minas luego de tres meses de su interpelación. También me parece “estratégicamente incorrecto” tratar de interpelar al ministro del Interior cuando éste viene aplicando una estrategia reciente para combatir la delincuencia organizada.

En estos tres casos, el Congreso “martilla fuera del clavo”. La población no desea enfrentamientos con el Poder Ejecutivo y siente que, las malas conductas de algunos congresistas pretenden taparse con los enfrentamientos con el gobierno.
La población y los congresistas deben entender también, que no le podemos pedir a un líder político que resuelva todos los problemas; si se piensa así estamos equivocados porque ningún líder, que es mortal, puede tener la solución a todos los problemas como si fuera Dios. Los lideres por su lado deben explicar claramente que la solución a los problemas económicos, sociales y políticos descansan sobre la base un trabajo conjunto; autoridades, congresistas y ministros, al lado de la población que también tiene su cuota de responsabilidad en la creación de los problemas y en las soluciones.

No se trata de buscar a “Juan el Bautista” para cortarle su cabeza y mostrarla como trofeo, como tampoco debemos confundir a un gobernante como si fuera Dios. Los gobernantes son tan mortales como cualquiera y tienen sus limitaciones, y lo correcto es buscar estrategias donde participen todos los actores, para que cuando se tenga éxito, todos salgan ganando y nadie se apodere del triunfo.

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