Cáncer y corrupción

Pedro Castillo usó a niños con cáncer para promover su imagen. Los llevó a Palacio, televisó el encuentro y les dijo haber destinado más de cuatro mil millones de soles para garantizar la cobertura integral de sus tratamientos. El 12 de mayo, Castillo mintió y dio una falsa esperanza a esos pequeños y a sus angustiados padres. A los pocos meses se supo que todo fue un macabro montaje. La congresista Norma Yarrow descubrió la patraña cuando el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) le confirmó la inexistencia de la multimillonaria suma prometida por el hijo de Chota.
En su programa ‘Beto A Saber’ el periodista Beto Ortiz ha venido dando cobertura al caso; en tanto el ministro de Economía y Finanzas, Kurt Burneo, por conveniencia personal y para no perder tribunas, calla sobre la mentira presidencial. Por eso oculta que es posible obtener un monto cercano al requerido por los niños con cáncer. Esa plata, Burneo lo sabe, es la que robó el delincuente confeso José Graña M.Q. y que el equipo fiscal especial Lava Jato ha decidido no recuperar.
El viernes Beto congratuló a El Comercio por el editorial, a toda página, “La más cruel de las farsas”, sobre el engaño a los niños, y por “Hágalo por los pacientes” en el que se lee: “estamos ante una auténtica farsa” en referencia a la respuesta de Burneo a Yarrow explicando que la cifra mencionada corresponde a un horizonte de diez años, como si una década fuese a durar el (des)gobierno de muladar castillista.
Beto Ortiz no entendía cómo el mismo grupo de medios que en su diario bandera adopta una postura firme y clara sobre esta denuncia y critica la respuesta de Burneo; en Gestión, el diario financiero, el nuevo director David Reyes le da una página entera “para limpiarse, para lavarse la cara en un tema tan sensible como los niños con cáncer”. La cosa es tan torcida como lo de Palacio y un hombre de buen corazón como Ortiz no puede imaginar siquiera cómo operan algunos despreciables accionistas del grupo mediático.
La cosa es así: ayer Expreso publicó una nota de César Rojas bajo el titular “Graña no pagará ni el 10% de lo robado. Se cambia de nombre a Aenza, y admite delitos en 16 proyectos. Devolverá S/ 480 millones de los miles de millones obtenidos criminalmente”. De eso va lo de Gestión, de los intereses de uno de cuello y corbata. La lavada de cara a Burneo agradece su silencio sobre los tres mil millones de soles.
Mientras El Comercio tiene por director a un periodista decente y justo que en un artículo con su firma llamó “delincuente” a José Graña M.Q., en Gestión hay uno que pareciera haber elegido el peor de los patrones, olvidando que la corrupción es un cáncer que mata países.