Castaña: el fruto seco que protege los bosques

La producción sostenible de castaña en el Perú no solo protege los bosques, sino que ofrece diversas oportunidades a las familias productoras dedicadas a este cultivo.
Su recolección también juega un papel clave en la lucha contra el cambio climático, porque fomenta la silvicultura sostenible y ello reduce la deforestación y promueve la captura de carbono, contribuyendo a mitigar las emisiones de CO2.
Este fruto seco es importante para la economía de las familias castañeras de Madre de Dios, pues más del 65% del total de los ingresos anuales que perciben proviene de esta actividad. De allí que la castaña del Pará (Bertholletia excelsa), que crece en los bosques peruanos, bolivianos y brasileños, es bien cotizada e incluso considerada como superalimento de la Amazonía peruana, ya que combate la obesidad, regula la presión arterial y alivia el estreñimiento.
Estos árboles, que son longevos, se ubican dentro y en los alrededores de la Reserva Nacional Tambopata; su producción por año es de aproximadamente 120,000 toneladas, siendo el Perú uno de los grandes productores de este fruto, que es reconocido en los mercados internacionales (Valenzuela, 2018).
El cultivo, que sirve como guardián del bosque, en 2021 logró exportar US$ 48.3 millones, frente a los US$ 30.0 millones de 2020, según Midagri. Por ser un fruto respetuoso con el ambiente y por sus propiedades beneficiosas, existe una gran demanda en diversos países como Corea, a donde se envió castaña por un valor de US$ 19.6 millones; Estados Unidos (12.2 millones) y Rusia (3.6 millones). Estos tres países conformaron el 75% del mercado en 2021.
En Madre de Dios se cuenta con el apoyo de WWF Perú, que desarrolla diversos proyectos de conservación y aprovechamiento sostenible del bosque junto a productores de la zona, entre ellos la recolección sostenible de la castaña amazónica, apoyando concesiones que permiten mantener espacios de bosque y el desarrollo económico de las comunidades locales.
Con ese fin, es necesario que las actividades asociadas con el castaño favorezcan el desarrollo económico y rural, así como que promuevan un uso responsable de los recursos naturales. Por otro lado, una gran ventaja de aprovechar la castaña es que permite un retorno de la inversión a corto plazo, además de mejorar el nivel de vida de las comunidades rurales.
El Estado debe procurar conservar los recursos forestales a través de una gestión sostenible y mantenerse fuerte frente a las posibles invasiones, que intentan conseguir más tierras para la agricultura en zonas cercanas a los castañales.

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